Enfermedades superadas, trabajos conseguidos, logros barriales concedidos. Los altares a los santos en los rincones de Quito son tantos como las razones que sus priostes les otorgan para ser parte del paisaje capitalino.
Si en la ficción (y en la vida real) existen el policía bueno y el policía malo; en el universo académico están el científico incomprensible que resiste estoicamente su ostracismo y el científico hacedor de ‘best sellers’ devenido, casi, en miembro de la farándula local y/o internacional. Con su más reciente publicación, Jared Diamond reafirma su membresía en esta última categoría, haciendo las delicias de la ciencia de divulgación.