Las autoridades iraquíes ampliaron a "todas las provincias del país" el toque de queda declarado para Bagdad.
Un juez estadounidense detuvo las deportaciones de todos los ciudadanos iraquíes -algunas de las cuales estaban programadas para este martes 27 de junio del 2017- con el argumento de que podían ser torturados o asesinados si retornaban a su país.