Con un concierto maravilloso cargado de emociones, la OSNE acaba de celebrar 68 años. Varios componentes de este evento evidencian el cambio y la evolución de esta agrupación sinfónica: obra de estreno mundial (“Tientos”) del compositor ecuatoriano, Jorge Campos, el solista ecuatoriano de talla internacional, Felipe Luzuriaga en el complejo concierto para violín de Brahms, la dirección del más importante director de orquesta ecuatoriano de todos los tiempos y actual director titular de la OSNE, Álvaro Manzano, el estreno nacional de la suite orquestal del Caballero de la Rosa de Richard Strauss y la mejor sala de conciertos del Ecuador, la Casa de la Música.
Gustavo Lovato, director musical de la Fundación Filarmónica Casa de la Música y Director Carrera de Música Universidad de los Hemisferios. Estudió en Alabama, EE.UU. Escuché hablar hace tiempo del nacionalismo musical ecuatoriano y desde entonces he tratado de concluir al respecto y arribar o por lo menos acercarme a una definición contemporánea de tan significativo término. Sin embargo parece ser que la contemporaneidad de lo nacionalista es cada vez más cosmopolita o para hablar en términos actuales, es cada vez más globalizada. Bajo esas circunstancias, es adecuado hablar de música ecuatoriana? Desde luego que sí, sin embargo la óptica de la música ecuatoriana en el contexto actual, fuera del ojo globalizador, me inclina a pensar en un todo complejo y heterogéneo que incluye una amalgama de los más diversos géneros como la tecno cumbia o la tecno chicha pasando por los géneros mestizos tradicionales como pasillo, albazo, tonada, pasacalles, aires típicos, sanjuanito, hasta llegar a