Decenas de cadáveres aparecieron flotando en las aguas del río Ganges, en el norte de la India, este 10 y 11 de mayo de 2021, víctimas de coronavirus.
Llegan a bordo de coches vetustos, apoyados en muletas o en camillas; a veces con muchas dificultades para respirar. Pero la salvación está cerca para los miles de hindúes que van cada año a morir a Benarés, una ciudad sagrada de India.
El río Ganges, el Yamuna y sus afluentes fueron declarados seres vivos por un alto tribunal del estado de Uttarakhand, en el norte de la India, por lo que tendrán los mismos derechos que las personas.
Un torrente de residuos está matando al Ganges, el río indio más sagrado para el hinduismo, en cuyas aguas a su paso por importantes centros de peregrinación como Benarés se sumergen millones de devotos en busca de la salvación, inconscientes de que allí cada gota de "la madre Ganga" es tóxica.