El volcán Cotopaxi sigue su proceso eruptivo, pero todavía es relativamente bajo. En octubre del 2022 se registraron dos emisiones pequeñas de ceniza, en noviembre 5. Y hasta el 21 de diciembre del 2022 subió a 18 emisiones.
“Ahí podemos ver que la energía del coloso no es elevada. Al momento no hay muchos sismos; apenas alcanzan entre los 40 y 45 diarios, pero podemos decir que poco a poco se están incrementando los niveles de magnitud”, dijo Patricia Mothes, vulcanóloga del Instituto Geofísico (IG), durante la conferencia de socialización sobre los efectos de una erupción en la provincia de Tungurahua.
Al evento también asistió Hugo Yépez, director de la Unidad de Gestión de Riesgos del Distrito Metropolitano de Quito, representantes de los sectores productivos, barriales, ciudadanos, agrícolas y más, que son parte del Gobierno Provincial de Tungurahua.
Mothes aseguró que el volcán Cotopaxi es considerado como uno de los más peligrosos en el Ecuador debido a los casquetes de hielo y la frecuencia de sus erupciones.
Desde 1534, el coloso ha afrontado cinco etapas eruptivas. La última y muy importante fue en 1877 y fue recogida en varios relatos históricos. Sin embargo, al momento es uno de los más monitoreados en el Ecuador, pues en 1976 arrancó la instalación de los primeros equipos para este fin.
¿Cuál sería el impacto del volcán Cotopaxi en Tungurahua?
Uno de los fenómenos más importantes que podría afectar a la provincia de Tungurahua son los lahares primarios (lodo y piedras). Eso originaría un tipo de aluvión que bajará por el cauce de los ríos Cutuchi, Patate y Pastaza.
También al menos 350 000 personas que habitan en el valle de Los Chillos, Latacunga y Ambato otros sectores podrían ser afectados con la ceniza y los lahares.
Por ejemplo, según Mothes, en las investigaciones efectuadas se determinó que en la entrada al Parque Nacional Cotopaxi y Limpiopungo hay un depósito de la erupción de 1744. “Hemos estudiado y analizado por largo tiempo para entender cómo se movilizaron los materiales hasta llegar a estos lugares”.
Mothes aseveró que por solicitud de la Celec se hizo un estudio para verificar la presencia de huellas dejadas por los lahares del volcán Cotopaxi. Ahí claramente se pudo determinar que afectaría al sector de Culapachán, en Píllaro, parte de Salcedo y Quillán.
Mencionó que los documentos dejados en el pasado ahora son una guía de lo que podría pasar en un futuro en el volcán, que actualmente se muestra en un estado sin que suba ni baje su actividad, con emisiones de gases y ceniza que no sobrepasan los 3 kilómetros de altura.
El volcán Cotopaxi emite pequeños volúmenes de material
En el encuentro, los especialistas mencionaron que al momento hay un pequeño volumen de material. Si hubiera más inyección, podría provocar explosiones similares a las ocurridas en el volcán Cotopaxi en 1877, cuando se registró una erupción de nivel 3 que produjo lahares que pasaron por Agoyán hasta Río Negro.
“No vemos en un futuro una erupción nivel 4 porque no han ocurrido en tiempos históricos. Pero hace 1 000 años se dio una erupción gigante y se puede mirar en la capa blanca de cascajo que es usado en la elaboración de bloques para la construcción”, dijo Mothes.
De acuerdo con los registros, la ceniza del Cotopaxi llegó hasta Tanicuchí, Pastocalle, Mulaló, San Ramón, Latacunga y no hasta Ambato.
En los mapas de amenaza volcánica elaborados en el 2016 se puede ver los sitios por donde bajarían los flujos de lodos por una parte de Latacunga, Salcedo, Pataín, los ríos Culapachán, Patate. Además, podrían alcanzar al Cañón de Baños, Agoyán y más allá de Río Negro. Eso afectaría a una parte de la infraestructura vial como puentes, poblaciones cercanas y vías primarias y secundarias.
De acuerdo con Mothes, hay un incremento en la emisión de CO2. Es posible que la salida de ceniza se incremente y se pueda llegar a niveles similares a las del 2015.
La vialidad y los aeropuertos podrían ser afectados
Hugo Yépez, director de la Unidad de Gestión de Riesgos del Distrito Metropolitano de Quito, manifestó que una erupción del volcán Cotopaxi podría ocasionar serias amenazas a la producción de alimentos y productos de exportación como flores y brócoli. Esto debido a los daños que provocaría al sistema vial.
Citó, por ejemplo, que el aeropuerto de Latacunga no podría utilizarse porque está construido sobre el lahar de 1877, ni tampoco el de Quito por la falta de conectividad. Eso provocaría que muchas personas se queden sin empleo porque se perderían las fincas cercanas a la zona de impacto del volcán.
También se perderían los sistemas de riego que actualmente son alimentados por los ríos como el Cutuchi, Culapachán, Patate y una amplia infraestructura instalada.
Yépez dijo que una de las principales incertidumbres para los técnicos del IG es que se pueden dar cambios en la toma de decisiones frente a un fenómeno natural que representa el volcán Cotopaxi. “Estamos en alerta amarilla, pero esta no refleja el estado del volcán, sino el riesgo y cuánto hemos avanzado desde el 2015 que inició el primer proceso eruptivo”.
Dijo que hay una vulnerabilidad muy clara, porque luego de las elecciones algunos de los funcionarios serán cambiados en mayo del 2023. Con el ingreso de nuevas autoridades podría perderse todo lo avanzado.
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