En febrero del 2013 se cumplieron 65 años de la toma del poder comunista. En 1948 inició Kim Il Sung cuando proclamó la República Popular apoyado por Stalin. Gobernó 46 años hasta su muerte en 1994 cuando le sucedió su hijo por 17 años, y desde hace dos años ocupa el sillón su nieto Kim Jong-Un al fallecimiento de su padre. Talvez como actos conmemorativos de este hecho político único en el mundo comunista, en diciembre del 2012 lanzó un misil de corto alcance en desafío a la ONU que vigila su arsenal nuclear bélico. En febrero, lanzó un segundo, y hace pocos días desafía a los Estados Unidos, a través de la declaración de “un estado de guerra” a Corea del Sur. ¿Será estrategia para ocultar sus problemas internos o la hambruna que padece su pueblo? En 1945, esta península fue ocupada por las cuatro Grandes Potencias que ganaron la II Guerra Mundial al derrotar al nazi-fascismo y a su aliada Japón. Por eso Rusia controló la parte norte del paralelo 38 con sus tropas y los Estados Unidos al sur de esa frontera. Sin esperar los 5 años previstos para que sea el pueblo coreano quien decida su futuro político, en febrero de 1948 bajo el esquema marxista se proclamó como República Popular la zona norte con el líder Kim Il Sung; y en agosto de ese mismo año se formó otro gobierno bajo el nombre de República Democrática en la región sur. Como coincidencia, en China, Mao Zedong asumió el poder en 1949. Pero no había paz en esa región. Y en junio de 1950, con el apoyo de las tropas soviéticas, Corea del Norte invadió a Corea del Sur. La agresión fue condenada por la ONU y fuerzas multinacionales dirigidas por el gral. Mac Arthur las hicieron retroceder en 1953, previo un armisticio.
Quedó el pueblo coreano dividido en dos formas de gobierno. Se repitió en otra nacionalidad, la dolorosa división de Alemania comunista al este y República Federal al occidente. Han pasado 24 años de la caída del muro y la unificación de todo el territorio alemán, pero su gravísimo atraso económico producto del socialismo junto a la vida dirigida desde el poder, todavía no se insertan en la evidente prosperidad que alcanzó Alemania capitalista.
En el caso coreano, con la última proclama belicista del “estado de guerra”, que cierra la vía del diálogo y desconoce las advertencias serias de la ONU y del Consejo de Seguridad a sus programas nucleares para la destrucción masiva y de gran alcance, parece que coloca al mundo al borde de un conflicto gravísimo. Están en el centro de operaciones 22 millones de habitantes en el Norte y 45 millones en Corea del Sur, cuya capital Seúl está a 40 km de frontera con 11 millones. Es evidente el desarrollo económico, la alta tecnología, la formación profesional y el alto nivel de vida de Corea del Sur que contrastan con el atraso del Norte. Por eso, que se imponga el sentido común en los involucrados para impedir la guerra o será el fin del último bastión comunista.