Durante el último año Ucrania ha vivido bajo el implacable y masivo bombardeo ruso. Y aunque haya recuperado una parte de su territorio y liberado a miles de ucranianos, la guerra no termina. La valentía y determinación de las Fuerzas Armadas ucranianas, fortalecidas con apoyo internacional, han permitido que el Kremlin no avance con su invasión brutal y no provocada.
El limitado éxito militar ruso ha sido reforzado por sus tácticas desesperadas de desinformación. Sus fuerzas militares se han dedicado a realizar ataques desalmados e indiscriminados contra zonas civiles y de infraestructura nacional crítica, en todo el territorio ucraniano. Lo que ha causado que 14 millones de personas vivan desplazadas y que más de 17 millones de ucranianos requieran asistencia humanitaria.
Una guerra larga y estancada solo sirve a los intereses rusos. Vladimir Putin está dispuesto a sacrificar con crueldad al pueblo ruso, a su economía y a sus relaciones internacionales; y solo negociará cuando esté claro que sus opciones en el campo de batalla están agotadas. Por ello es que Ucrania debe ganar esta guerra, y solamente a ellos les corresponde determinar su posición en cualquier negociación.
Nosotros, como amigos y aliados internacionales, siempre trabajaremos para proteger y defender la soberanía de Ucrania. Y eso significa garantizar que Ucrania nunca más se vea vulnerada al tipo de brutalidad infligida por Rusia en el último año. No dejaremos que Ucrania fracase y que Vladimir Putin triunfe, por el bien de la futura seguridad mundial.
Además, enviaría el mensaje errado a los regímenes autoritarios de todo el mundo, de salirse con la suya en base a amenazas y violencia. La agresión rusa tiene que parar, y no se puede repetir. El respaldo militar aunado al diplomático hará la diferencia en esta guerra; y ese es nuestro compromiso de largo aliento. ¡Ucrania merece vivir en paz! Cualquier negociación debe dar como resultado una paz justa y duradera; establecida de acuerdo con la voluntad del pueblo ucraniano, además de ofrecer estabilidad a la comunidad internacional.
*Chris Campbell, Embajador Británico en Ecuador; y Keiichiro Morishita, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario del Japón en Ecuador.