El debate del proyecto de Ley Orgánica Creando Oportunidades se ha frustrado por el incumplimiento de una disposición constitucional, y deja al país a la expectativa de las acciones que tomará el Ejecutivo para insistir en su intento de lograr su aprobación. La negativa del Consejo de Administración Legislativa, CAL, a dar curso al proyecto se pudo haber evitado con la presentación de un proyecto consistente, cuyas partes se alineen con los objetivos propuestos. Por hoy, el país se beneficiará si la alternativa que adopte el Presidente de la República contribuye a que tenga lugar un debate serio y democrático del proyecto en el seno de la Asamblea, a fin de llegar a los acuerdos necesarios
Pese a que existe un acuerdo nacional sobre la necesidad de enfrentar el problema del empleo, las estrategias y mecanismos que pueden aplicarse difieren de acuerdo con la concepción sobre su naturaleza: es un problema social que requiere de tratamientos integrales, o el resultado de las formas de contratación laboral y de reducción de costos para facilitar la competitividad de las empresas.
El proyecto presentado refleja la inclinación a magnificar el papel de la empresa privada como generadora de empleo, y a redefinir el papel del Estado, reduciéndolo en favor del mercado como el regulador de la economía. En esa línea, la flexibilidad de relaciones laborales se constituye en la esencia de la estrategia para generar empleo en el país.
El problema del empleo, sin embargo, no puede reducirse a crear mecanismos jurídicos que establezcan formas de contratación y de remuneraciones que favorezcan el abaratamiento de los costos como medio para mejorar la competitividad empresarial. Las leyes no crean empleos por sí solas, pues solo la reactivación del aparato productivo puede significar la incorporación de más trabajadores, y esto es justamente lo que ha sido relegado a un segundo plano en el proyecto de ley presentado.
El fortalecimiento del aparato productivo es, entonces, el sustento de una política de empleo que debe ser respaldada por una concertación entre el Estado, el sector empresarial y los trabajadores para llevar a cabo un proyecto de recuperación económica. Esto debe dar lugar a la definición de modelos de crecimiento basados en la incorporación de mano de obra, el recurso abundante en el país. Se reconocería así al empleo como inherente al funcionamiento sistémico de la economía, en donde la mano de obra es un factor de producción y no un simple costo. Y se pondrá en evidencia que el desempleo es la consecuencia de una disfunción general de la economía y de una organización irracional de la sociedad.
Los estímulos a la producción, como parte de políticas públicas de reactivación, deben respaldarse en compromisos de cumplimiento de metas concertadas que justifiquen el sacrificio fiscal incurrido. Una de las condiciones debe ser la incorporación de mano de obra en el proceso productivo, es decir la generación de empleo.