El sueldo básico es un tema en el que confluyen economía, política y muchas pasiones. Además, está conectado con los negocios y con el empleo. Por eso, su tratamiento siempre será polémico pero, a pesar de ese riesgo, me atrevo a toparlo.
Un tema poco conocido y nada investigado en el Ecuador es la posibilidad de tener diferentes sueldos básicos, en función de dos factores: la edad del empleado y la zona en que trabaja.
Imaginemos, por ejemplo, que una reforma laboral permitiera que a los empleados nuevos que, además, sean menores de 25 años se los pueda contratar con una remuneración de, digamos, USD 300. Eso fomentaría la inclusión de jóvenes en el mercado laboral formal y les permitiría acumular alguna experiencia de trabajo antes del momento en el que no se les pueda seguir pagando ese sueldo “reducido”.
Quizás así tendríamos a muchos empleados despedidos justo antes de cumplir los 25 años, pero sigue siendo una idea que podría ser tomada en cuenta el momento de realizar una reforma laboral, porque les daría algo de oxígeno a los jóvenes que ahora están ahogados en el desempleo.
Luego, imaginemos que se pudiera tener salarios mínimos diferenciados para ciudades grandes, medianas y pequeñas y para el campo. Imagínese usted lo que pasaría si, por ejemplo, el salario básico en Guaranda o Zamora fuera los ya mencionados USD 300 (uso a estas dos ciudades en el ejemplo porque tienen un costo de la vida mucho menor que otras del país).
El efecto podría ser positivo porque fomentaría la creación de empleo formal en zonas que no han visto mucho crecimiento económico en los últimos años y hasta podría verse una migración inversa a la que se ha visto en los últimos años.
Una medida de ese tipo permitiría aprovechar el potencial subutilizado de varias zonas del país, sin dañar mucho el poder de compra del empleado, gracias a precios más bajos en su ciudad.