El 21 de junio de 2001, el Consejo de Oficiales Generales de la Fuerza Terrestre negó al coronel Luis Hernández Peñaherrera el ascenso a general de Brigada.
Hernández apeló al Consejo de Oficiales Superiores de la Fuerza Terrestre, que no respondió. Apeló al Consejo de Oficiales Generales, que se calló. Presentó una acción de Amparo ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo. Este dispuso que el Consejo de Oficiales Generales analizara el asunto y que, en cinco días, obedeciendo las leyes y reglamentos, recalificara al coronel. Los oficiales superiores se limpiaron con el escrito recibido, y, ya limpios, apelaron de la resolución del Contencioso para ante el Tribunal Constitucional, el que -cinco a cuatro- falló a favor del Ejército. Se puso en disponibilidad al coronel, y el presidente Gustavo Noboa le dio de baja.
El 13 de enero de 2003, Hernández recurrió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y esta admitió el caso el 6 de agosto de 2014. La Corte llegó a un acuerdo amistoso con el Estado ecuatoriano para que, mediante Decreto Ejecutivo, el presidente Moreno otorgue el grado de general de Brigada al coronel Luis Hernández. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA informó al coronel sobre el buen suceso del asunto el 28 de diciembre de 2018. A Hernández le gustaría que la ceremonia de ascenso se celebrara el 26 de enero de 2019, a los 25 años de la Guerra del Cenepa, con una ceremonia sencilla y familiar en el Palacio de Carondelet. Acudirá de civil, recibirá el ascenso, renunciará al generalato y al millón doscientos mil dólares de compensación del Estado. En tiempo de crisis hay que ser austero como en la guerra. Es una cuestión de honor. No es barrigón.
¿Quién es Luis Hernández? Un hombre de estatura baja como Napoleón. De piel morena como Aníbal de Cartago. Inteligente como el almirante Nelson. Valiente como Abdón Calderón. Carismático como el Gral. Miguel Iturralde. Recto como Catón. Cordial como Bill Clinton. Y humilde como casi nadie. “Soy afortunado”, repite.
Comandante del Agrupamiento Táctico “Miguel Iturralde” creado para defender el Alto Cenepa cuando en diciembre de 1994, el Perú amenazó ocupar ese territorio. Hernández ingresó con las primeras tropas al Alto Cenepa a mediados de diciembre de 1994 y permaneció allí, en forma continuada, hasta mediados de mayo de 1995, cuando el territorio quedó bajo el control de los países garantes del Protocolo de Río (MOMEP) En reconocimiento de su valiosa actuación en la defensa del Alto Cenepa fue condecorado con la medalla “Cruz al Mérito de Guerra”.
Falta espacio para reseñar los méritos de Hernández como hombre de bien y militar. Cuando él apelaba ante El Contencioso, los seis generales apelados oyeron a su propio abogado defensor burlarse de la “Cruz al Mérito de Guerra”. Permanecieron impasibles, rumiñahuis (rostros de piedra), ante la ofensa. ¡Atatay!