Se acaba de poner en circulación el disco ‘Siembra: 45 aniversario’, que conmemora el nacimiento de la llamada salsa narrativa, intelectual o de consciencia. El original, publicado en 1978, fue la segunda colaboración entre Rubén Blades y Willy Colón, luego de ‘Metiendo mano’, que habían trabajado un año antes.
El disco se grabó en medio de las dudas de los productores de la Fania All Stars, sello del disco original, quienes no estaban convencidos de que pudiera gustar debido a la extensión de sus canciones y al mensaje de sus letras, pero ‘Siembra’ resultó el disco más vendido del género en toda su historia.
Según los expertos, su éxito se debe a que no tiene relleno, seis de sus siete temas -Pedro Navaja, Plástico, Buscando guayaba, Maria Lionsa, Dime y Siembra- fueron compuestos por Blades, considerado el Bob Dylan latinoamericano por darle a la salsa contenido social.
Si bien ya existían antecedentes de crónica cantada, por las composiciones de Tite Curet Alonso, Blades introdujo sofisticación lírica y conciencia social a un género que parecía incongruente con ese tipo de mensaje, al trascender los temas de amor y de fiesta para pasar a la descripción de la vida de la gente común en sus avatares diarios.
La salsa en formato narrativo ha sido lo suficientemente relevante para que la Biblioteca de música de la Universidad de Harvard mantenga abierto el archivo ‘Rubén Blades’, con discos, películas, libros, fotografías, notas periodísticas y más, que permiten el estudio de la relación entre la música y los movimientos sociales.
Aunque el archivo lleve el nombre de un artista en particular, no se debe olvidar que Blades fue parte de un movimiento más amplio, iniciado en los años sesenta en Nueva York, impulsado por músicos como Eddy Palmieri, Joe Cuba y Ray Barreto, de extraordinaria versatilidad, que ya en los setenta devino en la Fania All Stars, impulsada por el artista Johnny Pacheco, tanto en lo musical como en lo financiero.