Se dice que para no volver a cometer los errores del pasado, es importante recordarlos. Esto en política es esencial. Una sociedad que comprende y conoce un pasado político en el que sus derechos y libertades fueron atropellados será, en teoría, capaz de garantizar que las instituciones democráticas sean respetadas y podrá reconocer y evitar a los líderes y proyectos políticos autoritarios.
En un ejercicio fundamental de memoria histórica, en días pasados las periodistas Mónica Almeida y Ana Karina López, autoras de la biografía no autorizada de Rafael Correa “El séptimo Rafael”, lanzaron un nuevo libro, “La revolución malograda”, que tiene como subtitulo “El correato por dentro”.
En el libro, alimentado por más de 250 entrevistas, se hace una radiografía exhaustiva, a través de 10 capítulos que giran cada uno alrededor de un tema específico, de ese proyecto político, desnudando su profundo cariz antidemocrático, abusivo e irrespetuoso de derechos y libertades y poniendo en blanco y negro de que forma se armó su andamiaje autoritario y quienes coadyuvaron a crearlo y a sostenerlo y cómo y por qué se terminó desmoronando.
Cada uno de los capítulos constituye una crónica del correato y se pueden leer de corrido o por separado. Su lectura para mí ha sido adictiva y me ha recordado muchos hechos que había olvidado y muchos nombres de cómplices y encubridores de ese proyecto arbitrario. Gente que, con un desparpajo y caradura impresionantes, ahora incluso fungen como adalides de la democracia, aprovechándose de la fragilidad recurrente de la memoria de los ecuatorianos, que muchas veces no recuerdan a quienes colocaron los cimientos de un régimen opresivo como pocos.
Así, el libro de Mónica y Ana Karina se convierte en un documento fundamental para rescatar los elementos que hicieron del correato lo que fue e incidir de alguna forma en nuestras memorias a fin de de evitar que volvamos a caer en las garras de autoritarios y déspotas, aunque ahora se disfracen de ovejas.