Una vez que están vigentes los estímulos tributarios para dar trabajo a los jóvenes y hacer zonas francas con cero impuestos, es obligación de los empresarios aumentar el empleo, pues ellos son responsables del 90% de los empleos en el Ecuador, atenuando la actitud lucrativa y haciendo concesiones a la realidad para que haya menos inseguridad.
Este llamado está dirigido a los empresarios que ya están instalados en nuestro territorio, porque será difícil que inversores extranjeros vengan al Ecuador, calificado como el país más violento de la región.
Como el mercado interno está saturado, los empresarios deben crear más exportaciones hacia los países con los cuales se ha firmado Acuerdos Comerciales como China, Costa Rica y Corea del Sur y, de esta manera, afianzar la dolarización que puede debilitarse si el gobierno gasta en salarios parte de la reserva monetaria que no es de su propiedad. Al mismo tiempo el gobierno debe emprender en una acción diplomática de alto vuelo, para que Estados Unidos incluya al Ecuador en sus preferencias comerciales a la mayoría de sus productos, lo que ayudaría a crearmás puestos de trabajo.
Para tener un país nuevo es necesario disminuir sustancialmente todos los subsidios que soporta el presupuesto nacional y los empresarios deben apoyar la eliminación de los subsidios que reciben en el consumo de diesel, energía eléctrica y agua para servicios industriales, a fin de que el Estado pueda disponer inmediatamente de mil millones de dólares para inversión pública en obras grandes de infraestructura, que son altamente empleadoras. A menos subsidios, menos número de pobres.
Los empresarios deben interrelacionarse con las Universidades públicas para preparar capital humano en inglés y potenciar coordinadamente las posibilidades de empleos bien remunerados en el campo de la tecnología moderna. También deben incentivar a los ecuatorianos que han emigrado para que regresen con capacidades aprendidas, pues las actuales no son atractivas para nuevas inversiones.