¿Saben qué es el Ecuador? Un partido de fútbol en donde no sanciona a los tramposos. Una carrera de atletismo en donde unos arrancan más rápido, se toman metanfetaminas para artificialmente tener ventajas, y nadie dice nada
Nuestro sistema político es exactamente eso. Unos, los tramposos, timan, y tuercen. Otros, no lo hacen. Si no hay alguien que controle, ¿quién creen ustedes que gana? ¿Los que se permiten meter goles con la mano, o los que – por amor al juego – son estrictos en solo usar el pié?
Entonces, no hay cómo sorprenderse que la política ecuatoriana sea un basurero inmundo, porque está mayoritariamente conformada por tramposos. Y, claro, estos tipejos, tipejas y tipejes, no van a transformarse mágicamente al llegar al poder. Los cargos públicos no son una pila bautizmal que limpia y purifica cuando a ella entran personas impías. Para nada. Al llegar harán fechorías, como lo hacían al hacer campaña.
Pero, no nos rasguemos tanto las vestiduras, ¿saben quiénes son los peores culpables? Nosotros, porque los votamos.
Un ejemplo, todavía no estamos en campaña. Aunque parezca inaudito por la forma en que los candidatos se comportan. La campaña electoral va desde el 3 de enero hasta el 3 de febrero del próximo año.
Si un candidato pide el voto ahorita, hacen caravanas, distribuyen camisetas, ondean banderas con nombres y partidos, eso se llama precampaña. Es una infracción electoral grave según el numeral 7 del artículo 278 del Código de la Democracia. La sanción es una multa de hasta veinte salarios básicos y/o la suspensión de los derechos de participación de 6 meses a 2 años. Es decir, podría terminar con la candidatura de la o el candidato. Eso es justamente ponerse a correr antes del pistoletazo.
¿A quién le importa? ¿Cuándo han visto que alguien diga “no voto por X porque está haciendo campaña anticipada”?
Voy a salir de mi silla, empezaré a enjuiciar las precampañas más descaradas, las del PSC en Guayas.