Una herida que no se limpia, ni se cura, se infecta y puede evolucionar a un absceso; si la infección se generaliza tiene posibilidades de invadir a todo el torrente sanguíneo y originar una temible septicemia.
Una sociedad infectada por el abuso, la prepotencia, la injusticia y la corrupción, si no es enrumbada totalmente, se convierte en una colectividad contaminada con la desvergüenza y la impudicia que le llevan a la deshonra y al desprestigio global.
Los mayores atracadores del país, han demostrado su pequeñez de espíritu al emitir lacerantes e hirientes injurias al ejemplar restaurador de la institucionalidad, recibida en andrajos, de la dictadura anterior. Los corazones ardientes de odio y las mentes enlucidas de venganza confluyen, en burlas canallescas, ante el lecho del dolor del valiente luchador e impecable Dr. Julio César Trujillo.
Sorprendentes hechos se suceden: una prefecta empeñada en beneficiar a los pobres, inaugura su posesión con costoso y luminoso vestido. No faltaron abundante champagne y desbordante vino, financiados por el frondoso presupuesto de la prefectura, que , de acuerdo a lo explicado, no depende de los contribuyentes……
La ex ministra de defensa, ex canciller, presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, generosa otorgadora de fraudulenta nacionalidad a un espía informático, para satisfacer el narcisismo y la vanidad de su primer jefe, minimiza su vergonzosa gestión y recibe disimulado apoyo en su afán de retardar el merecido juicio.
Mientras tanto, contemplamos un nuevo engaño gubernamental en el área de la salud. Antes fue Correa el que se burló de la comisión que discutía el COIP, impuso un trabalenguas como artículo que regula la atención médica y que constituye un dogal para los profesionales. Con ello abortó una huelga nacional que estaba preparada y que ponía en dificultades a su gobierno.
Los internos rotativos protestaron ante la tentativa de los ministerios de Salud y del Trabajo de disminuir sus ya exiguos salarios, a cifras mendicantes, que no reflejan la ardua y permanente labor que realizan en hospitales y dispensarios. La Ministra de Salud ha arreglado con representantes de los internos y de organizaciones ilegales creadas en el correísmo. Ha logrado una solución emergente para al grupo actual, pero no para los grupos futuros de internos.
La Ministra y el gobierno culpan a las universidades de graduar a muchos médicos; pero la responsabilidad recae en los organismos gubernamentales de planificación, en el Consejo de Educación Superior y en el Ministerio de Salud que son los llamados a establecer las necesidades de médicos y de especialistas que tiene el país, para, con esas cifras, determinar, con las universidades, cuantas plazas para la formación de profesionales y de especialistas debe llenar cada facultad. Prescindir de los colegios y de la Federación de Médicos y dar vigencia a grupos gremiales espurios es revivir lo pasado.