Se trata de un juego de cartas en el que se combinan de manera casi aleatoria la suerte y la habilidad de los participantes. Sus resultados casi siempre son extremos: una felicidad explosiva en el triunfo o un desasosiego que puede incluso implicar perder bienes patrimoniales en del ritmo de las apuestas. Por esa característica se asemeja con el denominado juicio político que es una versión criolla del “impeachment:s anglosajón .
La expresión en español es equivoca pues de juicio solo guarda las formas, plazos y el resultado que puede ser la absolución o la destitución. En el conjunto constitucional el contrapeso estaría con la posibilidad de la muerte cruzada de iniciativa exclusiva del ejecutivo.
En el caso del juicio al presidente Guillermo Lasso el juego de cartas ha sido intenso. Desde la tribuna se puede observar que la carta clave la tiene el movimiento que represente al “ correísmo” que después de los últimos resultados, parece una versión criolla del peronismo argentino: pase lo que pase en las urnas ellos ganan: “ Perón, Perón qué grande sos”.
Sin embargo, el juego se volvió ininteligible en los últimos días. Es posible que como parte del acuerdo con el correísmo el juicio del presidente se archive y que el gobierno crea que ya cumplió con permitir la salida de la embajada argentina de la ex ministra del correísmo; si fuera así la muerte cruzada quedaría para otros momento y el correísmo quedaría con los churos hechos. No se entiende, pero parece. Cosa curiosa que un movimiento y su líder que lo tienen todo como quedó desmostada en las urnas pierda un punto estratégico en su lucha por el poder total.
Salvo que se trate de un = Farol‘, o que la presencia de viejos generales signifique que el prestigio de viejos uniformes nunca prescribe y que pueden servir para asesorar en otras tareas fundamentales del orden republicano. Por eso no hay que olvidar un viejo adagio usado en el pokard: Los viejos jugadores de cartas nunca mueren, solo barajan.