No se puede dudar que Pachakutik es la organización política del país más fuerte. Tampoco se puede dudar tiene debilidades, que se revelaron en su Congreso para elegir la coordinación nacional.
Es una realidad que el ejercicio de la política es la búsqueda del poder. En las últimas elecciones presidenciales, el candidato de Pachakutik, Yaku Pérez, quedó en tercer lugar, con 1 798 057 votos.
Tuvo apenas 32 115 votos menos que Guillermo Lasso. Entonces, se puede especular que esta organización tiene serias aspiraciones para llegar a Carondelet en las próximas elecciones presidenciales.
No debiera sorprender, entonces, que los distintos sectores que la conforman busquen la coordinación para lograr que su grupo llegue al poder. Sin embargo, lo ocurrido en el Congreso en Puyo revela que Pachakutik tiene las debilidades propias de la política ecuatoriana.
Las denuncias sobre las irregularidades en el desarrollo de las elecciones, haberlas llevado a cabo pese a la suspensión, el presentar otro padrón del que se conoció originalmente, según la impugnación de una de los candidatos, y los enfrentamientos entre sus distintas facciones es algo que preocupa.
Pachakutik, más allá de las convicciones que cada ciudadano pueda tener sobre lo que debería ser el gobierno de Ecuador, es un serio aspirante a la Presidencia. Pero los últimos escándalos, exabruptos de sus candidatos y asambleístas, lo colocan como un partido político más en el espectro político nacional y, sin duda, un actor gravitante de la historia desde su fundación en 1995.