La administración eficiente de los recursos escasos que es una de las definiciones de lo que constituye la economía es justamente una de las tareas más difíciles de cumplir. Las dificultades se derivan de las necesidades de todos por un mismo monto de recursos y las consideraciones de cada uno sobre sus propias prioridades frente a las del resto. Se suma a esto la equivocada presunción de que todos los problemas se resuelvan exclusivamente con recursos económicos como si la productividad no fuera una variable sustantiva.
El pago de obligaciones fiscales mediante la entrega de bonos a los contratistas del Estado, visto desde el ángulo eminentemente de la autoridad económica, sin duda es una alternativa que a corto plazo puede ayudar a atender compromisos por la inexistencia de la liquidez suficiente. Y se menciona a corto plazo porque esas deudas deben pagarse en un plazo futuro lo que sin duda compromete recursos presupuestarios posteriores. Sin embargo, desde el otro lado de la mesa, el sector productivo que a cambio de sus cuentas por cobrar al estado recibe títulos valores que no puede vender o, si lo logra debe asumir un descuento importante, encuentra esta alternativa como inaplicable o poco acertada. Sin embargo, si el Estado aceptara recibir el pago de impuestos mediante la entrega de sus propios bonos podría brindar una alternativa viable al sector privado pero inaplicable desde la perspectiva pública, por la propia debilidad de liquidez del Presupuesto del Estado. Tal vez aplicar un porcentaje del total del pago de impuestos entregando papeles podría ser motivo de análisis.
En otro sector, el IESS tiene todo el derecho de presionar por el pago del 40% de aporte del Estado para las pensiones de jubilación, así como exigir el pago de las obligaciones de salud por atenciones de enfermedades catastróficas aún no determinadas y registradas en ambos lados. Sin embargo, el pago del Estado al IESS de estos y otros compromisos tampoco resuelve el problema si el IESS no resuelve su problema actuarial, financiero, de gestión y de sus cuerpos directivos donde el Gobierno central tiene también un rol que no le compete. A su vez, si el Gobierno paga todo lo que le adeuda al IESS y con ello no paga, por ejemplo, sus emergencias de salud o los honorarios de sus médicos y profesores, se traslada el problema de un lado al otro.
Esto ilustra la necesidad de emprender en acciones integrales y profundas a todo nivel, dejar de gastar en lo improductivo en toda la esfera pública, Gobierno central y el resto de instituciones, mejorar la productividad de la gestión pública, así como inyectar liquidez adicional que solo provendrá del exterior, más por inversión extranjera y exportaciones antes que por deuda, son pasos necesarios para empezar a corregir tanto problema. Sino, será solo pasar plata de un bolsillo a otro.