Si hasta hace unos pocos años atrás la tendencia en América Latina fue el giro a la izquierda de los gobiernos nacionales y subnacionales, eso definitivamente está cambiando. El péndulo va ahora en sentido contrario.
Al igual que la derrota sufrida por el chavismo en las elecciones legislativas y por el peronismo en las elecciones presidenciales, a Evo Morales tampoco le fue bien en el referéndum del pasado domingo. No pudo conseguir los votos necesarios para conseguir la reelección indefinida y permanecer en el poder hasta el 2025.
De acuerdo con los resultados publicados el día de ayer, cuando se habían contabilizado cerca del 83% de las papeletas, el No registraba un 53,8% y el Sí 46,2%. Pese a que no ha contabilizado todas las actas, la diferencia de 8 puntos porcentuales es muy difícil de remontar.
Si se analizan los resultados, el oficialismo tuvo apoyo en La Paz y Oruro. No obstante, la ventaja obtenida por el No en Santa Cruz, Chuquisaca y Potosí fue amplia.
Varios factores explican estos resultados. Primero, el desgaste que necesariamente produce el ejercicio de gobierno. Según varios analistas, el discurso presidencial ya no convence. La idea de profundizar un proceso de cambio y una revolución cultural no va más. De la misma forma como ha sucedido con otros populismos de izquierda de la región.
Segundo, la división que se ha generado en los últimos años dentro del partido de Gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS), ha hecho que esas fuerzas políticas se ubiquen ahora en la oposición y, desde allí, estén mermando el capital político de Morales. Un ejemplo de ello es el líder minero Filemón Escobar, para quien, “la reelección de Evo podría ser el peor error”.
Tercero, el efecto que hoy en día tienen las redes sociales en la política. Ya no es como antes, en donde el apoyo se definía en la tarima, en el “puerta a puerta” o en la presencia en los principales medios de comunicación. Con el incremento de usuarios en Internet y el uso de nuevas tecnologías de la información, lo que se dice y comparte tiene peso. La cyberpolítica se está convirtiendo en la nueva forma de hacer política. El propio Evo Morales ha confirmado que uno de los factores que más afectaron negativamente fueron los mensajes difundidos en redes sociales.
Cuarto, el efecto dominó que está golpeando a los gobiernos populistas de la región, agrupados ideológicamente en torno del socialismo del siglo XXI.Fueron exitosos mientras hubo abundantes recursos económicos. El derroche y mal manejo ha dejado sin piso en especial a Venezuela y Ecuador. Con ciertas diferencias, han tenido la misma suerte Brasil y Argentina.
El caso de Evo Morales en Bolivia es una excepción. Ha sido el único gobernante que gestionó de manera exitosa el ‘boom’ económico. Por esta razón, los aspectos políticos (corrupción, uno de ellos) han afectado a Evo. Veamos, entonces, qué pasa con Morales y los llamados socialismos del siglo XXI.
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