Hace 17 años, cuando Ecuador y los países andinos empezaron a negociar un Acuerdo de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, uno de los objetivos de los negociadores locales era generar una presión externa para alinear al país en un modelo de desarrollo orientado al mercado internacional. Ese objetivo sigue vigente, ya que el mercado ecuatoriano es pequeño y limita el desarrollo y la generación de empleo.
Las obligaciones que genera un TLC ayudan a definir la denominada ‘agenda interna’, es decir, el plan de acción para que empresarios, trabajadores y gobernantes remen en la misma dirección, lo cual ha sido un verdadero reto en Ecuador.
Durante el Gobierno anterior, el país perdió una década buscando un desarrollo casa adentro. Cuando vio que eso no conducía a ningún lado, le tocó apoyar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, que empezó a regir el 2017.
El TLC con la Unión Europea comenzó a dar frutos gracias a la reducción de aranceles, lo que impulsó las exportaciones ecuatorianas a ese mercado 11% en el primer año de vigencia. Ese dinamismo se ralentizó al año siguiente y en 2019 incluso hubo una caída de las ventas. Durante los nueve meses del presente año han vuelto a repuntar 12%, pese a los efectos negativos de la pandemia en el comercio mundial.
Por su parte, el acuerdo comercial con los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (Efta, por sus siglas en inglés), aprobado por la Asamblea ecuatoriana en abril pasado, también se está reflejando en mayores ventas hacia ese mercado.
En América la situación es diferente. Ecuador tiene un acuerdo de integración con los andinos, pero la crisis ha ocasionado que las exportaciones a este bloque se redujeran 41% entre enero y septiembre de este año, respecto a igual período del 2019.
A nivel latinoamericano hay dos escenarios. Por un lado, las ventas a Chile, el principal socio sudamericano, se han desplomado a la mitad este año, mientras que, por otro lado, Panamá y Argentina registran mayores compras a Ecuador. Se espera que el Acuerdo de Integración Comercial firmado con Chile y aprobado por la Asamblea en agosto pasado, ayude a mejorar el intercambio bilateral.
Con China no existe un acuerdo comercial, pero las exportaciones a ese destino también vienen creciendo. En los nueve primeros meses de este año han crecido 16% respecto a igual período del 2019.
Un hecho destacable en medio de la pandemia es el desempeño de las exportaciones no petroleras, que están sosteniendo el comercio exterior del país. Mientras las ventas de crudo han caído 44% hasta septiembre, las no petroleras han crecido 9%. Y de estas últimas, las no tradicionales como madera, elaborados de mar, jugos, conservas, frutas, abacá o productos mineros subieron 12%. El país aún necesita alinear su modelo de desarrollo hacia mercado internacional. Para eso será necesario firmar nuevos TLC, el más urgente, con EE.UU.