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El futuro de las aerolíneas de bajo costo

La operación de las aerolíneas de bajo costo o ‘low cost’ no termina de consolidarse en Ecuador y su futuro aún es incierto. Este concepto llegó al país a finales del 2014 y causó grandes expectativas entre quienes vuelan con frecuencia, por trabajo, dentro del país.

En ese entonces la mayor novedad era la posibilidad de lograr mejores precios. También se comentaba sobre una suerte de educación del pasajero, que debería conocer detalles como cuándo comprar el boleto, el equipaje que podía llevar, los servicios a los que accedería o o en los vuelos, entre otros.

Se habló mucho de las experiencias en países de la región. En Chile, por ejemplo, las tarifas de pasajes aéreos disminuyeron un 30% con la llegada de las aerolíneas de bajo costo. También se analizaba a mercados más maduros como Europa, en donde hoy en día un vuelo ‘low cost’ es de lo más común.

El mercado se mostró dinámico, en cierto modo. Y llegó a su techo a finales del 2016, cuando se contaban, al menos, cuatro aerolíneas ‘low cost’ operando en Ecuador.

Sin embargo, desde esa fecha, el negocio de las compañías aéreas de bajo costo parece haber entrado en una suerte de estancamiento. Hoy solo operan dos, aunque se anuncia el ingreso de un nuevo competidor en los próximos meses de este año.

Lo que ocurre en Ecuador es una excepción a la regla. En países como el mismo Chile las aerolíneas de bajo costo se llevan cerca del 30% del mercado; en Perú, la cifra se ubica en alrededor del 10%. En esos y otros mercados el negocio de las ‘low cost’ evoluciona, en términos generales y con las excepciones de siempre, con cifras favorables.

El futuro del desarrollo de estas aerolíneas en el mercado ecuatoriano dependerá, entonces, de al menos cuatro factores: políticas públicas coherentes que favorezcan estos modelos de negocios; una mayor promoción turística del país en el extranjero; seguridad jurídica para los inversionistas; y una infraestructura que ya existe, pero que no se la aprovecha en su máxima capacidad.