Gracias a una luminosa recomendación estoy experimentado la agradable experiencia de no desperdiciar infamemente el tiempo que se va en el sofocante tráfico de la ciudad. Los cientos de miles de autos y buses que copan la urbe no solo que la contaminan con ruido y CO2 sino que la tornan en un espacio desesperante, sucio y asfixiante donde además el tiempo que podríamos dedicar a la familia, al estudio, al deporte o a actividades productivas se nos esfuma en los trancones. Por fortuna, por la recomendación mencionada, he descubierto el audio-libro, que me permite en el auto, taxi o bus, ir escuchando la narración de una novela, un libro de historia o de filosofía. Maravilla… tiempo ganado.
Sin embargo, esta es una buena experiencia individual que parcialmente soluciona el uso del tiempo de pocas personas. Para que impacte en miles y millones se necesita de políticas públicas que reorienten la movilidad y reorganicen radicalmente la vida urbana.
Desestimular el uso del vehículo privado es correcto, pero exige un eficiente transporte público. Quizá el Metro sea el inicio de un cambio que implique ir a un mejor sistema de transporte que involucre a buses, taxis y autos privados, así como la creación de nuevos “centros” con servicios de salud eficientes, multiplicación de escuelas y colegios de calidad cerca del domicilio de los estudiantes. Menos cemento y más árboles (arupos y cholanes), más parques y espacios deportivos, más lugares para el arte y música.
Para esto se requiere poner al ser humano y a la naturaleza en el centro de las decisiones y planificaciones. Así lo hizo Ámsterdam desde hace décadas y lo están haciendo hoy París, Barcelona y otras en América Latina. Ciudades con espacios públicos recuperados y peatonizados, con menos autos y más bicicletas para realización de la comunidad. Ciudades verdes, educadas y pacíficas.
¿Algún candidato o candidata a alcalde habla de estos temas? ¿Propone un proyecto de ciudad? ¿Cuenta con el equipo para hacerlo?