Hace ocho años, en medio de la euforia que despertaba el caudillo venezolano Hugo Chávez, cuando Rafael Correa tenía apenas dos años en el poder, colocaron la primera piedra de una pomposa compañía estatal para construir, a la que bautizaron como Refinería del Pacífico. Se declaró que estaría funcionando el 2013 con una inversión de 6 600 millones, y a la cual se agregarían 10 000 millones por obras de un complejo petroquímico para plásticos y fertilizantes. Otra se proyectó para Nicaragua, y estos programas durarían 100 años para seguir construyendo refinerías. Petroecuador tendría el 51% del paquete accionario, y la estatal petrolera venezolana el 49%. Desde el año previsto para concluir esta magnífica obra han pasado tres años y todo está paralizado, sin embargo de que Ecuador el 2014 entregó 22.7 millones de los 694.4 que le correspondían. Petroecuador ya había dado 780.5 millones. El gerente de la Refinería del Pacífico, Bismarck Andrade indica que es una tarea complicada financiar entre10 000 y 12 000 millones que incluye la construcción de un oleoducto desde Quinindé-Esmeraldas, hasta El Aromo-Manabí donde se instalaría la Refinería para el transporte de crudo por un poliducto a Monteverde en la costa lejana de Santa Elena en el mar Pacífico para llevarlo hasta La Libertad, donde se almacenaría para su distribución.
Para Rafael Poveda, Ministro de Asuntos Estratégicos, estas obras costarían 13 000 millones. Esta cifra es muy alta para una economía fiscal en déficit. Hasta el 2015 apenas se ha construido una vía de acceso desde El Aromo hasta el redondel de Colorado en Montecristi con un costo de apenas 31 millones. El mayor problema es la provisión de agua para el procesamiento del crudo y su desfogue posterior. La Compañía brasileña Norberto Odebrecht construye un acueducto de 93 Kms para trasladar agua de la represa La Esperanza de un volumen de 6 600 mts.cúbicos por hora, a un costo de 260 millones de dólares.
Acción Ecológica, una ONG ambientalista, ha alertado sobre los efectos contaminantes en una zona donde hay remanentes de bosque seco. Mientras tanto, la Refinería del Pacífico afronta un gravísimo problema al perder las aportaciones venezolanas, que será imposible que se paguen debido al evidente y difundido problema fiscal que tiene paralizada su economía, con su extendida crisis expresada hasta en la escasez de alimentos para surtir a la población, que ya protesta airadamente en las calles de Caracas y de todo el país.
Desde la perspectiva ecuatoriana, este problema se agudizará más, porque Venezuela ya no aportará nada a la Refinería del Pacífico convertida en un fracaso más del correísmo, y a los diez meses de la fase final del Gobierno y la elección de un nuevo Presidente de la República.