A menos de dos semanas de que Lenín Moreno se posesione como Presidente de la República, el sector empresarial está a la espera de decisiones que generen certidumbre y abran un panorama de tranquilidad.
Desde la orilla del nuevo gobierno hay señales. Algunas traen algo de luz, mientras que otras aún generan dudas.
Moreno anunció, a mediados de abril, la creación de los Consejos Consultivos Productivo y Tributario. Estas instancias estarían encargadas de recoger y analizar los planteamientos de los empresarios, así como de simplificar el tema tributario.
Desde el lado de los empresarios hay expectativa. Si bien se han dado acercamientos -algo informales- con ciertas cámaras de la producción, lo importante es que existe una predisposición, de lado y lado, para entablar un diálogo institucionalizado. Esto con un solo objetivo: recuperar la economía del país que sigue en medio de un bache, a pesar de lo que digan las actuales autoridades.
A lo que proponen las cámaras vale sumar iniciativas de pequeños y medianos empresarios que también empujan para superar la contracción económica. Entre estos se cuentan empresarios que, más allá de las posiciones ideológicas, creen que es posible un mejor momento para producir y crecer dentro y fuera del país.
Pero también hay señales del nuevo gobierno que no están claras. Una de las principales es la falta de un gabinete confirmado, en el que el frente económico estará obligado a tomar decisiones cruciales.
También inquietan temas como la denuncia de los tratados bilaterales de inversión o el debate del Código de Salud. Si bien es cierto que son acciones del gobierno saliente, lo que se decida al respecto tendrá efectos en la nueva administración y, obviamente, entre los empresarios que demandan reglas claras, en favor de la inversión y el empleo.
El empresariado y el país esperan que Moreno y su equipo económico tomen las decisiones que favorezcan a la mayoría.