Luego de la manifestación del jueves 25, cuando Nebot cumplió con su oferta de copar la avenida 9 de Octubre y dio un discurso transmitido por tres canales de televisión, no faltaron los comentarios y los chismes, especialmente los relacionados con los gritos de “Nebot presidente” que, una vez más, determinaron respuestas negativas del Alcalde porteño. “Hoy estamos preocupados por la patria, no por temas personales”, dijo en una ocasión. En otra hizo señas de que “no”.
Varias veces Nebot ha dicho que “no” y se ha abstenido de responder cuando el presidente Correa le ha desafiado reiteradamente “lance su candidatura y le ganaré hasta en Guayaquil”. Más aún, Correa ha dicho que no piensa candidatizarse para el 2017 pero se lanzará en caso de que Jaime Nebot lo haga, seguramente para tener el gusto de derrotarle.
Hace pocos días el Presidente reiteró su reto, cuando se aproximaba la manifestación anunciada por el Alcalde guayaquileño y el Gobierno realizaba una activa campaña para que no tenga éxito.
El tema tiene su historia, comenzando con la estrecha amistad del expresidente Febres Cordero y Nebot o sea entre “el León y el Cachorro”. Cuentan que León -fallecido en el 2008- le quería a Nebot como a un hijo. Fue para él nada menos que el hijo varón que nunca tuvo, pues su hogar fue alegrado por la llegada de cuatro hijas mujeres en seguidilla.
Cuando Febres Cordero fue presidente (1984-1988) Nebot fue su hombre de confianza, como gobernador de Guayas y un lógico anhelo febrescorderista era que llegara a la Presidencia. Luego de los cuatro años de León, el presidente fue Rodrigo Borja (1988-1992).
Cuando Borja llegaba a la finalización de su período, los dos amigazos resolvieron, por supuesto, que había llegado la hora del Cachorro, quien -ni corto ni perezoso- se lanzó al ruedo, candidatizado por el Partido Social Cristiano.
Tenía 45 años y la confianza en triunfar sobre su rival, que era un setentón llamado Sixto Durán Ballén, quien provocó las iras de su amigo León al separarse del socialcristianismo, fundar la Unidad Republicana, aliarse con los conservadores y ganar las elecciones para el período 1992-1996. Durán Ballén tiene hoy 94 años y Nebot 68.
Jaime Nebot volvió al ruedo en 1996, con la seguridad de triunfar, como sucedió en la primera vuelta cuando con 1 035 101 votos superó con 34 000 a Abdalá Bucaram y con más diferencia a Freddy Ehlers y Rodrigo Paz. Pero en la segunda vuelta sucedió algo muy amargo.
Abdalá se dio el lujo de triunfar y dicen que, al conocer el triste resultado, Jaime Nebot Saadi decidió no exponerse nunca más a una tercera derrota. Más bien prefirió lanzarse -como sucedió desde el 2000- a la Alcaldía de Guayaquil para reemplazar a su padrino León Febres Cordero y dedicarse a la gran ciudad porteña.
Triunfó, en efecto, y desde entonces se ha mantenido en esa función, gracias a varias reelecciones y chocando desde el 2007 -suave, a medias o duro- con el presidente Rafael Correa, quien a veces anota que le tiene cierto respeto pero ahora posiblemente le está odiando y con más ganas que nunca de remedarle… o derrotarle.