El ritmo de crecimiento de las exportaciones no petroleras del Ecuador a la Unión Europea -UE- bajó drásticamente del 11% en 2017 al 1% en este año (enero-agosto), mientras que las exportaciones de la UE a nuestro país crecieron al 15%, menor al 35% que se registró en 2017. Este frenazo no puede ser tergiversado porque es obvio que cuando se hace una negociación en condiciones asimétricas, se reciben expectativas a cambio de realidades, por la gran diferencia de tamaño y estructura productiva.
En el primer año de vigencia del Acuerdo Comercial con la UE el Ecuador aumentó rápidamente sus exportaciones de productos primarios debido a que estaban represadas por los aranceles y restricciones comerciales. Pero en este segundo año se constata un preocupante estancamiento del que debemos salir acelerando los pasos de los exportadores ecuatorianos. Las grandes empresas exportadoras han hecho lo que se esperaba pero les toca aumentar más sus envíos y, de otro lado, es urgente internacionalizar a las pequeñas y medianas empresas para entrar a Europa y contrarrestar los efectos fiscales y monetarios de la apertura de nuestro mercado.
Claramente hace falta que haya más inversiones nacionales y extranjeras que refuercen las producciones existentes y emprendan en nuevas para aprovechar las oportunidades que, trabajando duro, seguramente se encontrarán en los 28 países de UE que tienen 500 millones de consumidores, que constituye el único mercado abierto e importante con que cuenta el Ecuador para crecer en forma auténtica y sostenida. Aún no han venido al Ecuador empresas grandes en función del mercado europeo, pero hay que atraerlas dándoles todas las seguridades para su inversión, buena rentabilidad, normas predecibles, estabilidad política y jurídica y facilidades para la innovación tecnológica.
La Delegación de la Unión Europea en el Ecuador ha hecho un buen trabajo para mantener un crecimiento rápido de sus exportaciones al Ecuador y se ha empeñado en informar a los emprendedores ecuatorianos de todos los trámites que deben hacer para cumplir con las normas europeas a unas 450 empresas, habiendo generado la exportación de 200 productos nuevos que por primera vez entraron a la UE, lo que seguramente será una semilla fértil para crecer en mayores magnitudes, si todo el país les apoya eficazmente y no solo con discursos de humo, porque no es fácil satisfacer rápidamente las exigencias de un comercio sostenible que privilegia la justicia social y cuida los estándares laborales y medio ambientales. Entonces, está en nuestras manos producir más bienes transables como prioridad absoluta de cualquier plan del Ecuador dolarizado.
El gobierno, por su parte, ha decidido no cobrar impuesto a la renta de las inversiones de empresas existentes y nuevas, incentivo que deberá ser compatible con las normas de competencia de la Organización Mundial de Comercio y de la UE.
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