Con la posesión formal de 11 ministros de un Gabinete sobredimensionado, el Presidente aprovechó la ocasión para insistir en temas particularmente polémicos.El 24 de mayo, en su informe a la Nación, el Presidente expuso que enviaría a la Asamblea Nacional un proyecto para aumentar los montos de impuestos a los ecuatorianos que reciban herencias.
Estudiosos cercanos al Régimen tomaban el modelo del francés Piketty para plantear una tesis que aun en Francia se dejó de lado. Se cuestiona la acumulación de capital por la vía de la herencia y se argumenta que ahonda la inequidad.
La propuesta se concretó en un proyecto cuyos montos alarmaron a amplios sectores, especialmente de las capas medias de la población. Empezaron las protestas en la avenida De los Shyris y poco a poco fueron sumándose los ecuatorianos críticos del Régimen para expresar su descontento. Varios sectores perdieron el miedo a protestar.
La visita del papa Francisco atenuó las manifestaciones y el retiro temporal del proyecto fue sustituido por unas mesas de diálogo cuya efectividad quedó en tela de duda. Cambió el Gobierno las fórmulas de cálculo del impuesto pero el debate se congeló.
Traer de nuevo a colación un tema tan polémico que desató la protesta ciudadana no parece conveniente ni oportuno en un país que afronta una contracción económica. Si las razones técnicas no priman sobre las políticas, puede ser otra vez un elemento que contamine la cancha social ya crispada por varias razones.