Todos somos peatones en Ecuador
Sin importar en dónde se viva y cómo se movilice, todos en algún momento del día se convierten en peatones. Por tal razón, las condiciones mínimas de bienestar y seguridad de un peatón concierne a los 18 millones de ecuatorianos.
Desde hace años, organismos internacionales, como el BID han analizado la importancia de centrar las acciones en esta forma de movilidad.
Para el 2030 se prevé que el 70% de la población mundial va a ocupar las zonas urbanas y suburbanas, en donde se concentra la mayor cantidad de siniestros.
Ecuador es parte de esta tendencia. Las autoridades locales- que están a días de asumir sus cargos- debieran ser conscientes de que los muertos y heridos producto de siniestros de tránsito se pueden prevenir. Para esto se requiere, entre otras cosas, planificación urbana y calles bien diseñadas.
En el primer trimestre del 2022 murieron en el país 127 peatones y en el mismo periodo de este 2023 fallecieron 130, según los registros de la Agencia Nacional de Tránsito.
Abrazar el concepto conocido como calles completas es pensar en que todos somos peatones. Su seguridad está por encima del resto, incluso de la velocidad del vehículo.
El enfoque de una calle completa puede variar de una zona a otra porque las necesidades son distintas. Pero está pensada en todos los usuarios: peatones, ciclistas, conductores, pasajeros de buses de cualquier edad y capacidad.
Para los expertos en movilidad una de las claves para velar por la seguridad de todos es centrar la atención en los más vulnerables: niños, personas de la tercera edad y con discapacidad.
Con esta visión en mente también es posible mejorar aspectos, como la iluminación, la semaforización, la ubicación de paradas de transporte público.
A estos aspectos se añaden otros: alcantarillas sin tapa; aceras con cráteres y huecos, obras inconclusas, fugas de agua, etc.
El diseño de ciudades que prioricen la seguridad de su gente es una tarea que no debe quedar relegada, porque todos somos peatones…