El incremento de casos de contagios de covid-19 en el país prende una alerta y obliga a adoptar mayores medidas de prevención, ante la eventualidad de una mayor demanda de atención hospitalaria y de los servicios de salud. Con la decisión de declarar obligatoria la vacunación en diciembre pasado, por parte de las autoridades sanitarias, se dio un primer paso en el camino hacia una mayor inmunización.
En lo que va de este año y conforme avanzan los reportes de personas afectadas se adoptan más medidas relacionadas con el teletrabajo y la teleeducación. Así se ha procedido en las instituciones públicas y también en centros educativos. En las empresas también se están aplicando protocolos para evitar contagios.
Por ahora el Presidente de la República ha descartado aplicar medidas estrictas de confinamiento. Mientras tanto, se ponen en marcha otras iniciativas, como aquella de exigir la presentación del carné de vacunación en el servicio de transporte público, tanto en el ámbito urbano como en el interprovincial.
A partir del feriado del 2 y 3 de noviembre, así como las actividades por las festividades de Fundación de Quito, Navidad y Año Nuevo, conjuntamente con la llegada al país de la variante Ómicron, han sido aspectos que han influido en un repunte de contagios, en donde el comportamiento de la gente es determinante.
Las aglomeraciones registradas por estos eventos han mostrado -en muchos casos- la indisciplina de la población, al no cumplir las recomendaciones básicas para prevenir el virus: distanciamiento social, uso permanente de la mascarilla, lavado de manos, respeto de los aforos permitidos y la utilización de alcohol.
Por ello, es indispensable durante esta época insistir en una mayor colaboración y responsabilidad de la gente. A eso, perseverar en el pedido de acudir a los centros de vacunación y recibir las dosis necesarias para atenuar los efectos del covid-19.
En manos de la población está el compromiso de evitar que los servicios sanitarios se desborden y colapsen. Pero también es indispensable que las autoridades de Salud definan planes y estrategias para contribuir a evitar un escenario más complejo.