La provincia de Imbabura sufrió en 1868 el terremoto más fuerte de que se tenga noticia en la Historia Nacional, con un resultado de miles de muertos y la destrucción de la inmensa mayoría de sus edificaciones. De allí que su patrimonio de bienes inmuebles está constituido casi exclusivamente por construcciones de las últimas décadas del siglo XIX y especialmente del siglo XX. Ese patrimonio es muy significativo y diverso.
En el trabajo realizado durante el inventario impulsado por el Ministerio Coordinador de Patrimonio, se registraron, en total, 2 037 bienes inmuebles que podrían ser considerados como patrimonio en la provincia. Una cifra de las más altas del país, que viene a ser un 10% del total nacional.
Entre los 36 bienes de arquitectura monumental civil se cuentan los palacios municipales tradicionales de Ibarra, Otavalo y Cotacachi, la Gobernación de la Provincia, los antiguos Cuartel de Infantería y Hospital de Ibarra, varios edificios de instituciones educativas tradicionales situados en diversas ciudades, estaciones ferroviarias, puentes y plazas públicas. Los bienes de arquitectura civil, de los que se catalogó 790, son en su gran mayoría casas particulares. Buena parte de ellas se han conservado, pero varias están en deterioro.
Apenas se ha iniciado la labor de restauración, como la de la Casa Durán-Rosales, ahora Banco de la Vivienda, la de la Casa Ayala, ahora “Casa de la Ibarreñidad” y la del maestro Rafael Troya. Se ha detectado 1 013 bienes de arquitectura popular vernácula, que también en su mayoría son viviendas y demandan esfuerzos de mantenimiento y preservación. En la provincia existen 60 casas de haciendas tradicionales registradas, la segunda cifra del país. Buen número se han restaurado, como la de “Pilanquí”, que es sede de la Casa de la Cultura y una docena de hosterías. En Antonio Ante está el edificio de la antigua “Fábrica Imbabura”, destinado a ser el centro de memoria industrial y cultural más importante del Ecuador.
Los bienes religiosos (de los que se ha registrado 54, junto con 20 considerados como monumentales) son fundamentalmente iglesias y conventos. En Ibarra merecen mencionarse la Catedral con su palacio y capilla episcopal adyacentes, las iglesias y claustros de Santo Domingo y el Carmen, los templos de San Agustín, la Merced, la Dolorosa y Caranqui. En Otavalo se destacan las iglesias de San Luis y El Jordán. En Cotacahi la Matriz. En numerosas parroquias hay templos de valor arquitectónico y artístico, como la de San Antonio.
El inventario fue muy positivo. Ahora viene lo más difícil; la restauración y preservación de los bienes. Para ello, es necesario un proyecto concreto. Y sobre todo la voluntad de los organismos seccionales coordinada con el Gobierno para invertir en ello bien y lo suficiente.