Falta cada vez menos para que se lleve a cabo la segunda vuelta electoral en Brasil. Los contendores, se sabe, son Luiz Inácio Lula da Silva, quien ya gobernó el país entre el 2003 y el 20011, y Jair Messias Bolsonaro, quien es el actual mandatario y que busca su reelección.
No sorprende que sean los dos los que hayan llegado a la segunda vuelta. Las empresas de encuestas de la opinión pública, en cambio, volvieron a fallar en cuanto a la magnitud de la diferencia. Era posible, según sus pronósticos, que Lula ganara en la primera vuelta y no imaginaron siquiera que hubiera apenas una diferencia de cinco puntos, que podrían ser remontables en los comicios del próximo 30 de octubre.
Una primera lectura se desprende de estos resultados. Brasil, como lo está casi todo el continente, está polarizado entre la derecha y la izquierda. Ante la sorpresa general, muchos sostuvieron -se defendieron, sería más apropiado- afirmando que hay un voto vergonzante. Eso quiere decir que hay personas que temen pronunciar públicamente sus opiniones e inclinaciones políticas. Y eso resulta realmente preocupante.
Esto nos lleva a plantearnos varias preguntas. ¿Por qué se silencian, entonces, los que están a favor de Bolsonaro? ¿Por qué en una democracia hay que pensar en aquella mayoría silenciosa? ¿Ante qué se tiene miedo? Muy probablemente sea a los discursos hegemónicos que se sobredimensionan como la única verdad posible, que en este caso sería la izquierda que representa Lula, pero que también puede sentir rubor ante ciertas prácticas políticas de Bolsonaro y sus seguidores más leales.
Lo cierto es que el continente está pendiente de lo que ocurra y muchos buscarán alguna ventaja. Tratarán de su+mar la victoria de uno o de otro para su propia causa. Y quizá sea inevitable que eso se dé en un continente que aún debe definir su rumbo y que mira al gigante sudamericano por tamaño geográfico y económico. Brasil es el líder indiscutido de la región, aunque haya perdido parte de su influencia desde Dilma Rousseff hasta el presente. Serán elecciones que impactarán en toda América Latina.