Menos impuesto a la salida de divisas, buen signo

Todo depende del Ejecutivo. La propuesta del Ministro de Comercio Exterior sobre la eliminación paulatina del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) es una clara señal al inversionista.

El ministro Pablo Campana sostiene que este año se eliminaría 1,25%. Con ese avance el impuesto estará cifrado en 3,75%, pero hasta el año 2022 se habrá eliminado.

Es verdad que el Fisco debe buscar, también de modo paulatino, otras fuentes de tributos sustitutivas al ISD que en 2018 dejó USD 1 206 millones en recaudación al Fisco.

Pero el ISD, en el que se empeñó Rafael Correa, en vez de ser -como su nombre lo indica- un impuesto a la salida, fue, como se advirtió, un impuesto a la entrada de divisas.

El gravamen empezó con 1% y se elevó al 5%. Hoy se propone la eliminación gradual, al margen de que hay tratamientos especiales en la normativa de fomento a las inversiones.

Para cualquier inversionista extranjero, el costo de un emprendimiento con una tasa tan alta para la salida del dinero, luego de tributar los impuestos que la ley exige, como es natural, suponía un desestímulo. Los capitales se van a otra parte.

Ahora se trata de una nueva visión que atraiga inversiones de fuera. No solo con la eliminación del ISD se logrará, cierto es, sino con un marco de seguridad jurídica para la inversión.

Otra fuente de ingreso de capitales puede ser el incentivo a los dineros que los ecuatorianos tienen fuera. Entre ambos rubros la inversión en el país puede crecer sustancialmente.

A nadie escapa que en el marco de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y los empréstitos de los multilaterales, se observa un nuevo momento del rumbo del país.

El fin de todo esto será tener una economía estable, segura, que aliente la inversión nacional y extranjera y cumpla con el fin último, crear miles de plazas de trabajo y empleo que mejoren el clima social existente.

Por cierto, más allá del anuncio sobre el ISD, deberán llegar reformas a la Asamblea, en materia productiva y laboral que deben ser debatidas y asimiladas con seriedad para salir de la década perdida.

Suplementos digitales