La seguridad es un bien preciado para la gente. La indefensión frente al avance de la delincuencia y hasta el sicariato se afrontan con personal más numeroso y preparado.
Para el Ecuador, la seguridad y el orden públicos entrañan distintos aspectos como el de la soberanía, las fronteras, la paz pública, el tránsito vehicular y hasta la situación carcelaria y de detenidos en sus casas.
La Constitución delimita el ámbito de acción de las Fuerzas Armadas. Los soldados son los encargados de la vigilancia de la integridad territorial y de la soberanía nacional, ahora amenazada por los crímenes transnacionales como el narcotráfico, la trata de personas y el contrabando de armas. Las FF.AA. apoyan también tareas de seguridad interna.
La requisa de armas o la custodia de los perímetros de las cárceles, luego del motín simultáneo que terminó en la terrible tragedia humanitaria de días pasados, revela lo dicho.
La Policía multiplica tareas. El orden público, la lucha contra el crimen y las nuevas amenazas de bandas armadas, narcotraficantes, secuestradores y sicarios retan a diario a una Policía que demanda armamento, comunicación y un número proporcional a la población.
Como si esto fuera poco, más de
1 000 agentes se dedican a custodiar a los 388 detenidos por arresto domiciliario, de acuerdo con la ley o dictámenes de los jueces competentes.
La crisis carcelaria puso al desnudo el rol de la Policía en la custodia de los centros penitenciarios, carentes de guías y cuya preparación ya no se hace, pese a que se gastaron millones en centros de adiestramiento.
Otra tarea está en manos de la Policía: el tráfico vehicular, allá donde no operan las jurisdicciones de los Gobiernos Autónomos Descentralizados. Además, el control migratorio en fronteras, puertos y aeropuertos.
Como si todo lo señalado fuera poco, policías y agentes municipales deben contener el desenfreno ciudadano en fiestas y reuniones no autorizadas, que ponen en peligro la salud de los asistentes. Es un punto neurálgico sobre el que han puesto su atención los presidenciables.