Los clubes de fútbol del Ecuador deben transformarse

Los dirigentes de los clubes de fútbol de Ecuador son resultadistas. Ese es un viejo aforismo que ha prevalecido a través de la historia.

Basta mirar un poco al pasado en el que siempre cambiaban entrenadores por los resultados, sin ni siquiera apostar por una estructura institucional, que pueda sostenerlos a través del tiempo.

En la actualidad es lo mismo, con raras excepciones, como es Independiente del Valle, que en realidad es el equipo que sí tiene un método, que incluye sus divisiones formativas de fútbol y áreas administrativas.

Los otros equipos de fútbol del país viven el día a día; siguen en esa esfera de la fantasía, respaldados en esa descripción de que Ecuador cuenta con una de las ligas profesionales más destacadas de la región. Pero la realidad es distinta porque los clubes carecen de una estructura de gestión. Actualmente arrastran pasivos que llegan a los USD 150 millones.

Es necesario que la LigaPro y la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) den ese paso trascendental, que es guiar a los equipos a un ordenamiento institucional, que incluya el financiero, con parámetros más exigentes; con periodos de tiempo para ordenar sus pasivos; que incluyan presupuestos fijos para sus divisiones menores; esa será la única forma de dar ese salto de calidad que le falta al fútbol ecuatoriano.

Los clubes, con sus limitaciones, son los que proveen de futbolistas a las selecciones (en todas sus categorías) del Ecuador. Por eso hay que seguir abriendo puertas a los miles de jóvenes que militan en los clubes de la Serie A, B, Segunda Categoría, equipos barriales, escuelas…, que miran el fútbol como el camino para mejorar la calidad de vida de sus familias.

La atención del fútbol está puesta en la LigaPro, que se empezará a jugar desde el 24 de febrero del 2023, pero ¿qué pasa con los torneos infanto-juveniles? Allí están las nuevas generaciones, los otros Antonio Valencia, Agustín Delgado, Moisés Caicedo, Énner Valencia… Es en esos torneos en donde se forman las grandes figuras, que después van pasando por procesos de reclutamiento hasta llegar al profesionalismo.

Es hora de que los clubes profesionales de fútbol del Ecuador tomen conciencia e impulsen una verdadera reestructuración de esta actividad deportiva.

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