La Asamblea Nacional vuelve a mostrar una arista acorde con su naturaleza: es el centro del debate político.
Todo esto mientras se adelanta el tratamiento de la Pro forma del Presupuesto 2017 y se revisan las reformas legales indispensables para mover la economía y otros sectores vitales.
El avance de las indagaciones en distintas causas donde hay presunción de actos corruptos va tomando forma en el entramado judicial. El mundo político mira esa hoja de ruta y actúa. También influye en la actuación de los legisladores lo que pasa en el Ejecutivo.
Una legisladora de Alianza País, cercana al anterior Gobierno, pide que el Fiscal comparezca a la Comisión de Justicia de la Asamblea y también lo llaman a la Comisión de Fiscalización.
La grieta en el bloque oficialista no se ha soldado ni mucho menos; se muestra más profunda. Los legisladores más cercanos al Régimen anterior quieren llevar al contralor Pablo Celi y hablan del inicio de la fiscalización, pero otros parlamentarios dicen que se trata de un pedido simple de información.
Molesta a los más cercanos al ex Gobierno que se intente el inicio de una auditoría al manejo de la deuda externa. ¿Qué es lo que tanto preocupa?
Por ahora, los desentendimientos no quedan atrás con la exhibición de pañuelos verdes. El bloque oficial en su conjunto todavía no sintoniza con las demandas nacionales ni las urgencias evidentes del panorama económico y el deseo de transparencia.