Sebastián Mantilla B.

Ecuador sin rumbo

Esta es la impresión que uno tiene cuando se hace una breve pero atenta revisión de lo que hacen la mayoría de los actores que tienen algún nivel de incidencia. Y me refiero no solo a la clase política que es la más errática en su actuar sino también al papel que están cumpliendo otros estamentos sociales:“líderes” empresariales y gremiales, dirigentes de diversos sectores, universidades y académicos, periodistas y medios de comunicación, militares, policías, ONGs, médicos, maestros, trabajadores, indígenas, etc.

No hay claridad de lo que queremos ser como país en el mediano y largo plazo. Y es que el desarrollo no se alcanza solamente con tener una economía estable y que crece. Es necesaria la consecución de líneas base en diversas áreas, lo cual nos permita disminuir brechas y disparidades a nivel de ingreso, mejorar la cobertura de la seguridad social y el acceso a la salud. Pero también trabajar significativamente en nutrición, educación en todos los niveles, libertades y derechos civiles, derechos políticos, calidad del medio ambiente, acceso a mercados, seguridad y democracia. 

En suma, de acuerdo al concepto de desarrollo sostenible, satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones a tener un desarrollo con equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social.

Hay que entender que todo esto no es un fin sino un medio para lograr mejores estándares de vida. Yo diría “capacidades estratégicas”. Capacidades estratégicas que deberían estar plasmadas en una agenda de desarrollo de largo plazo. Y, como toda agenda, esté atada a una planificación sectorial y territorial, con objetivos, políticas, estrategias y planes que permitan dar seguimiento de su aplicación a través de indicadores. 

Pero esta agenda no debería ser solamente la principal guía para los gobernantes sino para todos los sectores y actores sociales organizados. Solo así podríamos pasar de un país que no sabe lo que quiere a un país que forja su futuro con autonomía, claridad y decisión.

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