Inexorablemente, este factor económico tiene un peso cada vez más alto sin posibilidades de disminuirlo. Ahora, a mediados del 2016 llega a 34.291.3 millones de dólares; habiéndose triplicado porque representa el 34 por ciento, acercándose al tope que concede el Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas que es el 40 por ciento del PIB-Producto Interno Bruto, cifra que debe cumplirse en una economía tan frágil, y en crisis, como la que padece el Ecuador, y no acercarla peligrosamente como está sucediendo.
En el 2009, cuando el correísmo gobernaba sus dos primeros años era de 10.231 millones y representaba el 16.4 por ciento de la deuda pública; mientras que al 2015 ya llegó a 32.751.9, esto es el 33.1 por ciento. En cambio, la fuente principal de recursos que es el petróleo, descendió de 203 millones de barriles en el 2014 a 198 millones el 2015. A estos valores hay que agregar la deuda externa que totaliza 13.038.7 y la deuda interna, una parte convertida en bonos alcanza la cifra alta de 12.275.2 millones más lo adeudado al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social que es 762, y al Banco del Estado 1.6. Estos números demuestran que ya no hay fuentes de crédito, y por eso se hará una emisión de bonos con un 11 por ciento de interés anual; mientras que Colombia paga una tasa de 5 por ciento y Perú baja a un 4 por ciento, menos de la mitad, por causa del nivel de riesgo tan alto que tiene el Ecuador con un Presidente-economista que gobierna diez años.
Por estas realidades, dice Jaime Carrera, Director del Observatorio de Política Fiscal, que el pago de intereses por la deuda pública pasó de 549 millones en el 2009 a casi 2.000 millones este 2016. Y agrega, que es “una irresponsabilidad querer financiar una refinería” que costaría 13.000. Y por estos datos, Alberto Acosta Burneo afirma que “el 2010 el servicio de deuda era equivalente al 10 por ciento de los ingresos fiscales”, y que ya es tarde para ejecutar una refinería en un mercado petrolero en crisis cuando ha crecido una presión mundial para dejar los combustibles fósiles.
Sin embargo, siguen en el primer plano las declaraciones del gobierno de que continuará buscándose financiamiento para la Refinería del Pacífico en la zona de El Aromo cercana a Manta. Es tan alta esta cifra, que comparándola, le duplica los 5.500 millones que costó la ampliación del cada vez más transitado canal de Panamá, que por su situación privilegiada, de unir dos mares gigantes, producirá 1.500 millones de ingresos a mediados del 2016. Esta si es una gran inversión.
Es muy lamentable, que cuando faltan diez meses para que se vaya del poder el correísmo, todavía se aumente dicha cifra gigantesca a la deuda pública lo cual agudizará más nuestra crisis; y esta es otra prueba de la ejecución de una política de total irresponsabilidad.
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