Lo que se vive actualmente en Ecuador no es un más que el reflejo de lo que sucede a nivel más amplio con la democracia en América Latina y el mundo.
El Instituto V-Dem de la Universidad de Gotemburgo destaca en su último informe anual (2023) que el 72% de la población mundial vive actualmente en regímenes que podrían calificarse como autocracias. Esta cifra es preocupante cuando se toma en cuenta que en el 2012 ese porcentaje era del 46%.
A más del Instituto V-Dem hay otras instituciones especializadas en la evaluación del desempeño democrático: Freedom House, The Economist Intelligence Unit (EIU), la Fundación Bertelsmann (BTI), entre otras. Freedom House, por ejemplo, registra desde hace 16 años un retroceso de la libertad en el mundo. IDEA internacional detecta, de igual modo, un fuerte ascenso en la última década del número de países que sufren una contracción moderada o aguda de sus cualidades democráticas.
Como se puede apreciar, tanto las cifras globales como regionales registran un franco deterioro. En el caso de América Latina, a más de lo regímenes autoritarios como el de Cuba, Venezuela y Nicaragua, el resto de países tampoco están del todo bien. Uruguay, Costa Rica y Chile son la excepción y se encuentran con la mejor valoración. Panamá,
Argentina, Brasil, Colombia y República Dominicana se ubican en un grado medio-alto. En una posición intermedia están Ecuador, México, Paraguay y Perú. Esto pese a que internamente pensemos que nuestra situación es crítica y aguda. Bolivia, El Salvador, Guatemala y Honduras se ubican en un grado medio-bajo.
Todo esto debería hacernos recapacitar en lo que tenemos hoy y lo que realmente queremos como país. Y el gran desafío no solamente es poder mejorar en los aspectos institucionales básicos de una democracia de calidad sino también en qué medida se están dando soluciones concretas a las necesidades crecientes de los ciudadanos.
La tarea se pone cuesta arriba cuando constatamos que los operadores políticos, que son quienes deberían promover esos cambios, son deficientes.