Juan Esteban Guarderas

Corrupción: aquí vs allá

Hace menos de un mes estuve invitado en la Comisión Europea y el Parlamento Europeo. Yo expuse las evidencias concretas de fraude ante las miradas absortas de los funcionarios de la Unión y los parlamentarios. En este momento hay un escándalo de corrupción doloroso en el seno de la UE. “Qatargate” es el nombre del caso, en el que presuntamente ese país habría coimado a funcionarios – entre ellos la parlamentaria griega Eva Kaili, o el diputado socialista belga, ya detenido, Marc Tarabella – para que defiendan los intereses de ese país en las instituciones europeas.
“Hay corrupción en todas partes me decían”. Si, es cierto, tienen razón. “Pero hay una diferencia”, señalé. “En Europa los casos de corrupción se procesan, generan encarcelamientos y embargos de bienes.” No quise continuar, mis interlocutores entendieron perfectamente a lo que me refería respecto de la institucionalidad ecuatoriana.
¿Hace cuanto que no se le detiene a un asambleísta ecuatoriano? ¿Será que no se ha detenido a alguno porque son todos unos santos y no se lo merecen?
Lo mismo pasa con los jueces. Cuando un juez incumple la ley de manera arbitraria y descarada comete un delito. Prevaricato. Así se llama el delito – específico para los jueces – que sanciona con cárcel sus actuaciones maliciosas. ¿Ustedes recuerdan haber visto un juez que vaya a prisión?
¿A cuántos jueces les han confiscado los bienes? ¿A cuantos les han inspeccionado el patrimonio – de ellos y de sus familiares – para verificar si lo poseído coincide con la riqueza que han declarado para el pago de sus impuestos?
Nada. Nunca. No. Pero eso sí, ecuatorianos alisten bien sus billeteras porque se acerca el fin de mes. Hay que pagar un tropel de salarios de funcionarios. ¿Qué hacen? ¿A quién investigan?
Eso es lo más doloroso, no están allí para develar, para aclarar. Están allí para encubrir. ¿A quién le sorprende que haya tanta corrupción en el Ecuador, si nadie la controla?