Ustedes y los próximos serán corresponsables de continuar aumentando el número de pobres o de revertir esta perversa tendencia por la cual 5’600.000 ecuatorianos perciben menos de 85 dólares mensuales. Este es el tamaño de nuestra injusticia social.
Tal desacierto solo se corrige aumentando la producción con empleo intensivo e inversión privada, pues la pública es imposible porque el déficit fiscal es enorme. Sólo la creación de puestos de trabajo y el aumento de producción exportable evitará que el Ecuador continúe empobreciéndose. Para ello hay que demostrar que tenemos una hoja de ruta clara para la reactivación económica y obtener más ingresos recaudando más tributos colaborativos de quienes si tienen capacidad de aportar al desarrollo del país, como lo hacen en Colombia y Perú.
No se revierte esta situación ofreciendo mil dólares a un millón de personas cuando los pobres son más de 5,6 millones, lo que ya está causando daño porque los mercados financieros están nerviosos y probablemente saldrán más dólares en lugar de entrar, afectando a la consolidación de la dolarización. En febrero ya disminuyó en 12% la Reserva Internacional del Banco Central.
Mas bien ahora es preciso fortalecer la entrada de más dólares para dar confianza a fin de que retorne parte de los USD 27 mil millones que han salido del Ecuador en las últimas décadas. Además, la inversión extranjera nunca viene a un país inestable y sin rumbo y por eso debemos asegurar que no seguiremos mal usando los dineros que están en custodia del Banco Central, pues esto es básico para que la economía entre en un proceso serio de orden y equilibrio, de modo que el riesgo país del Ecuador disminuya de 1.200 puntos a menos de 100 como en Perú y Colombia.
El blindaje de la dolarización es necesario, pero precautelando que quienes tomen las decisiones sean personas impolutas, que hayan hecho algo trascendente, independientes y prestigiosas, pues no solo hay que cuidar, en medio de esta crisis dramática, que gobiernos irresponsables den zarpazos a los dineros que custodia el Banco Central sino evitar también que en el futuro bancos privados mal manejados expolien estos dineros como ocurrió en el período de 1996 a 1999.
Señores legisladores: No permitan por ningún motivo que se instauren monedas sin respaldo, que acabarían con la dolarización y los pobres saldrían perjudicados cuando sus sueldos se devalúen todos los meses como en Venezuela, en donde un millón de su moneda nacional el bolívar equivale a medio dólar. Quienes piensan así deben saber que la dolarización es tan popular en el Ecuador que los depositantes privados en bancos y cooperativas saldrán a las calles a defender sus dólares. Este no es un tema menor porque está en juego la calidad de vida de los ecuatorianos y el destino nacional.