La primera parte de la era republicana del Ecuador, entre 1830 y 1933, estuvo marcada por enfrentamientos fratricidas en la arena política entre liberales y conservadores, con la inevitable intromisión de dictaduras civiles auspiciadas e impuestas como consecuencia de alzamientos militares, con la injerencia decisiva del clero en cuestiones de Estado.
Entre 1934 y 1959 surgió en el espectro político la figura dominante de José María Velasco Ibarra. Aparecieron también en esos años nuevos partidos de tinte caudillista que se apartaban de los movimientos tradicionales y que en el futuro tendrían gran protagonismo. Los crímenes políticos disminuyeron en cantidad durante estos años, pero la violencia alcanzó probablemente las cotas más altas de nuestra historia.
El Poder y la Muerte’, “Crímenes Políticos en el Ecuador 1830-1959” (Dinediciones, 2019), es el título y la referencia temporal de este libro editado por el historiador Enrique Ayala Mora, autor de varios de sus textos junto a otros escritores e investigadores de reconocido prestigio.
La obra empieza con el asesinato del mariscal Antonio José de Sucre en las montañas de Berruecos, al norte de Pasto, Colombia, en un hecho que quizás tuvo su origen años antes en la denominada “Navidad negra”, una matanza atroz de guerrilleros indígenas de la zona de Pasto por orden de Bolívar, o, tal vez respondió en efecto a una conspiración contra Sucre, que terminó trastocando de forma definitiva el liderazgo del país en su génesis como república.
Siguen en orden cronológico los muertos del floreanismo con la intervención crucial del mítico coronel Otamendi. Allí se relatan, entre otros, la matanza de los miembros del periódico opositor “El Quiteño Libre”, un hecho sangriento que inauguró en la era republicana la violencia contra la prensa libre, y el posterior asesinato a sangre fría del propio Otamendi durante el gobierno de Vicente Ramón Roca.
Entre 1859 y 1875, los crímenes políticos tuvieron como protagonista fundamental al presidente Gabriel García Moreno, un hombre que no se andaba por las ramas a la hora ordenar fusilamientos, ejecuciones o asesinatos contra opositores o detractores. Y, claro, el propio García Moreno, que había sufrido atentados y conspiraciones en ese período, cayó en su ley cuando Faustino Rayo lo mató delante del palacio de Carondelet con varios machetazos y un disparo de revólver, en una confabulación en la que participaron cerca de veinte personajes importantes de la época.
Por supuesto, aborda también esta magnífica obra los antecedentes y el desenlace del horroroso crimen y arrastre de los cuerpos de Eloy Alfaro y sus colaboradores en Quito, en el año 1912, pasando además por las matanzas de Guayaquil en 1922 y 1959, hasta el gobierno de Camilo Ponce Enríquez.
Un trabajo colosal el de Ayala Mora y los demás autores, que pronto nos entregarán la segunda parte de ‘Crímenes Políticos en el Ecuador’ desde 1960 hasta nuestros días.