El primer trimestre del año fue rentable para el sistema bancario ecuatoriano, compuesto por 24 entidades. A nivel general, las principales cuentas mostraron un crecimiento respecto al año pasado: activos, pasivos, depósitos cartera y patrimonio crecieron a tasas entre el 6 y 17%, lo cual es positivo para el sector porque evidencia solidez financiera y una recuperación de las actividades productivas.
La cartera de crédito, que creció un 17%, muestra que las empresas siguen retomando sus actividades en medio de menores restricciones para operar, gracias a la reducción en los niveles de contagios.
Las utilidades de la banca, que alcanzaron los USD 146,6 millones en los tres primeros meses de este año, fue la cuenta de mayor crecimiento, un 80%.
Es un gran repunte de las ganancias de la banca, aunque hay que considerar que se está comparando con un período de alta incertidumbre política y económica, ya que el país se encontraba en la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
De todas formas, si se compara con el 2019, un año sin pandemia, las utilidades de la banca siguen siendo un 6,5% mayores en el primer trimestre del 2022.
A juzgar por este dato, se puede decir que la banca privada es uno de los primeros sectores en reactivarse, ya que sus ganancias ya superan los niveles prepandemia.
También hay que considerar que utilidad no es lo mismo que rentabilidad. Esta última establece cuánto gana el accionista por cada 100 dólares invertidos en banco. La Superintendencia de Bancos aún no tiene datos de marzo, pero la rentabilidad de febrero pasado rondaba el 10%, cuando en igual mes del 2019 estaba en 12%.
Tener un sistema bancario rentable es positivo para los accionistas, pero también beneficia a quienes demandan crédito. Si esas utilidades se capitalizan, como lo han hecho varios bancos, significa que estas entidades tendrán más recursos para prestar. El tema de las tasas de interés es otro tema.