En una emotiva charla a jóvenes estudiantes el director de orquesta Iñigo Pirfano comparte la importancia de la música en la formación de las personas.
Para el maestro Pirfano, la música genera emoción y motiva el descubrimiento de la verdad, entendida como desvelamiento. De esta manera, la música desarrolla el pensamiento crítico, las sensibilidades, las afectividades y la imaginación. De su mano nos sumergimos en viajes hacia nuestro ser íntimo o hacia cualquier parte del planeta o del universo. Aprendemos el arte de la libertad.
La música es muy poderosa, por lo que es utilizada en sistemas educativos exitosos para junto a la oratoria, el teatro y la filosofía, facilitar la construcción de la personalidad y la conformación psicológica y emocional de los estudiantes.
Conocer y disfrutar la música nos hace más abiertos y plurales. Nos forma dialogantes. En tal sentido tiende puentes, une a las personas. Genera armonía y paz ya que extrae lo mejor de nosotros. Nos coloca en situación de igualdad y crea comunidad.
Por lo señalado, el maestro venezolano José Antonio Abreu construye esta maravillosa enseñanza: “el niño que toma un instrumento musical, jamás tomará un arma”.
Bajo esta premisa, el maestro Abreu creó en 1975 el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e infantiles de Venezuela, concebido para rescatar a los jóvenes de barriadas marginales y pobres, de las garras de las drogas y la violencia. De esta manera se gestó un proceso de décadas en las que se crearon cientos de sinfónicas y coros, transformadas en poderosos instrumentos educativos de organización social y desarrollo integral. Cientos de miles de niños, niñas y adolescentes construyeron con alegría un nuevo proyecto de vida, para ellos, sus familias y el país.
En esta oscura hora, cuando nuestros niños y jóvenes son reclutados por el crimen organizado, aprendamos de las experiencias positivas de nuestros hermanos. Que la música y la escuela seduzcan a nuestra niñez y juventud.