El Banco Central hace una advertencia de la criptomoneda bitcoin. Reconoce que no está prohibida la compra y venta de criptomonedas por Internet. Pero advierte que bitcoin, como otras criptomonedas, no tiene respaldo, pues sustenta su valor en la especulación. No está autorizada como un medio de pago de bienes y servicios en el país, y sus transacciones no están supervisadas por ninguna entidad ecuatoriana.
La advertencia del Central es simultánea a la que lanzó Warren Buffet, el más exitoso inversionista bursátil del mundo: “bitcoin tendrá un mal fin”.
¿Qué es criptomoneda, bitcoin, en que se diferencia de las criptomonedas anunciadas por Maduro, Putin y el dinero electrónico que impulsó Rafael Correa?
Criptomoneda es una moneda virtual, encriptada, cuyo creador estableció reglas inmutables. Bitcoin tiene un cronograma de emisión, y un tope al que puede llegar. La administración está a cargo de un enjambre de computadoras, al cual es posible sumarse. Cada vez que se compra o vende bitcoin, o hace una operación, las computadoras compiten por cual es la primera en incorporarla a la cadena de otras transacciones. La más rápida lo consigue y es remunerada en bitcoin.
Como todas las computadoras tienen la misma información, el pirateo no es posible: un registro irregular en una computadora es rechazada por las demás.
Hay otras criptomonedas. Ether, posterior a bitcoin, despunta como más avanzada.
La criptomoneda no está regulada por autoridad de ninguna nación, o ente supranacional. Las transacciones son de usuario a usuario, sin utilizar moneda de ningún país. No les gusta a los bancos centrales, aunque si están intrigados por la tecnología.
Los venezolanos, desesperados porque su moneda no vale nada y las operaciones en dólares son ilegales, se encuentran entre los más entusiastas compradores.
Nuestro dinero electrónico era algo muy distinto, pues era administrado y regulado por el Central, y se prestaba a manipulación.
Rusia y Venezuela exploran la posibilidad de sacar una criptomoneda con la tecnología del bitcoin, para obviar las sanciones. Hablan de un respaldo con recursos naturales. Pero no está claro cómo van a lograr que se las acepte, ya que esas criptomonedas carecerían de un requisito fundamental: que la maneje un enjambre de computadoras, no un ente oficial. Venezuela pronto venderá petróleo en su criptomoneda, Petro.
Un problema es que ha sido adoptada por el mercado financiero, hay especulación, y su valor fluctúa ampliamente. Dependiendo del momento que uno compra y vende, puede hacerse millonario, o perder la camisa.
Si a Ud. amable lector le seduce la idea de incursionar en ese mercado, tenga conciencia que está entrando en una jaula de tigres.
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