Juan Carlos Jácome Ruiz
Bahía Norte
Este es un lugar que aún queda en la parte de atrás del Terminal Terrestre de Guayaquil, en las proximidades del Aeropuerto José Joaquín de Olmedo y a los lados de una calle que conecta la Ave. de las Américas con la Ave. Pedro Menéndez Gilbert. Así de precisos, para que nadie se pierda. Este lugar, algunas décadas atrás, era el punto de encuentro para aquellas personas que deseaban vender y adquirir vehículos de segunda mano. Era un lleno total, todos ofreciendo una gama amplia de marcas, modelos, años y precios. Un verdadero mercado, un bombardeo de productos y de características que los eventuales interesados deben capturar y procesar en cuestión de segundos para luego decidir.
Pues bien, aun cuando este mercado de segunda mano de vehículos ya no existe ahí, lo recordé muy claramente en días recientes. ¡Es increíble! Cuanta oferta, cuanta promesa. “Querer es poder”, decía un amigo que ahora vive en el exterior. Tanto se desea la victoria en la carrera hacia Carondelet que, para poder lograrlo, toda propuesta es válida, incluso no siendo tan realizable en el corto plazo que se tiene para ejercer la Presidencia de la República.Diera la impresión de que el objetivo central fuera precisamente saturar a la gente de información, de contenido, de expectativas, para llegar a un punto tal en donde la decisión deje de ser 100% racional.
Como lo he mencionado en entregas anteriores, la racionalidad suele ser limitada debido a aspectoscognitivos, temporales y a la complejidad de lasdecisiones. Es decir, las personas optimizan su toma de decisiones dentro de un espacio más reducido, lo cual conlleva eventualmente a decisiones subóptimas. Y esto, al parecer, es lo que intentan conseguir los estrategas comunicacionales de Luisa y Daniel. En otras palabras:Rediseñar el conjunto de información disponible para que los votantes limiten al máximo su racionalidad y así dejar,a fuerza de un soplido, la eventual conversión de su voto.