Una excelente noticia para todos los hispanoamericanos anunció el presidente Alberto Fernández: un laboratorio argentino producirá la sustancia activa de la vacuna desarrollada por un laboratorio y Oxford. México colaborará con el empaque.
Se producirán entre 150 y 250 millones de dosis a ser distribuidas entre los países hispanoamericanos, a un precio de entre USD3 y USD4 por dosis. La vacuna requiere dos inoculaciones. Hispanoamérica tiene unos 440 millones de habitantes. Brasil atenderá sus propias necesidades.
La vacuna Oxford ya superó la fase 2: se confirmó que la vacuna reduce sustancialmente el riesgo de contagio. Entró en fase 3, en que se vacuna a un número mayor de personas y se compara con una población testigo a la que se le inocula con un placebo. La fase 3 tiene como objeto determinar si existen efectos secundarios graves en una parte de la población.
En todo el mundo se comienzan a producir vacunas, aún antes que sean aprobadas, para ganar tiempo. Si la vacuna no aprueba la fase 3, se pierde lo invertido. Dada la emergencia, es un costo menor frente a la posibilidad de tener una gran cantidad de dosis, ya lista para su distribución, para cuando la vacuna sea aprobada. Carlos Slim financia el programa de Argentina y México. La población latinoamericana podría comenzar a vacunarse dentro de unos ocho meses.
Casi simultáneamente trasciende la perturbadora novedad que la Embajada argentina extiende protección a María de Los Ángeles Duarte, condenada por la Corte Suprema por ser parte de una estructura criminal organizada para obtener beneficios económicos. Solo se espera que la Corte se pronuncie en casación, esto es, si se cometieron errores de trámite. El fondo ya está juzgado. Buenos Aires extiende protección de perseguido político a quien cometió un delito común. La justicia reincide en dejar escapar a un sentenciado de alto nivel. Otro más del caso Sobornos que no cumplirá su condena.
Duarte escoge Argentina por la solidaridad de los Kirchner con Correa. Los gobiernos del matrimonio K fueron tanto o más corruptos que el de la Revolución Ciudadana. Cristina, hoy vicepresidenta, se salvó de una sentencia tipo Sobornos por haber sido legisladora, y por lo tanto con inmunidad, durante el período de Macri.
Hay malos recuerdos de la gestión de Duarte en el gobierno Correa. Como ministra de Vivienda construyó viviendas de pésima calidad: los techos de zinc salían volando con el viento.
Particularmente ingrata en Guayaquil, su iniciativa de cerrar al comercio los puertos, y reemplazarlos con un nuevo puerto en Santa Elena. De haberlo logrado, habría propinado un golpe mortal a la ciudad que la vio nacer.
Hoy, en lugar de prepararse para cumplir su condena, goza de la hospitalidad argentina.