Phillip Kaeding
IPS
La respuesta para hacer frente a las graves consecuencias del fenómeno climático de El Niño entre 2015 y 2016, y que perjudicó a más de 60 millones de personas desde África austral, pasando por Asia sudoriental y hasta América Latina, sigue sufriendo una grave carencia de fondos.
El grupo independiente de líderes mundiales The Elders urgió a los gobiernos de países donantes a suministrar la ayuda a las naciones afectadas y a cubrir el déficit de 2.500 millones de dólares.
The Elders observó con preocupación que el actual fenómeno de El Niño es uno de los más fuertes registrados, responsable de que más de 60 millones de personas sufran escasez de alimentos y agua y de que África austral experimente la peor sequía en 35 años.
El grupo, integrado por personalidades como el exsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, Desmond Tutu y Jimmy Carter, fue fundado en 2007 por Nelson Mandela con el fin de promover el diálogo a escala internacional sobre los problemas globales más urgentes.
“Los eventos climáticos extremos golpean más fuerte a las comunidades más pobres, y menos responsables del cambio climático. Es fundamental aumentar los fondos de forma significativa para construir resiliencia y proteger a las personas más vulnerables”, arguyeron.
Pero The Elders no es el único grupo en expresar su preocupación por la falta de conciencia respecto de El Niño, un fenómeno que produce el recalentamiento del océano Pacífico oriental, que genera variaciones climáticas extremas como ciclones, sequías y lluvias torrenciales en el hemisferio sur. Y como no se trata de un evento periódico, muchos países no estaban bien preparados.
La coordinadora de la campaña de El Niño de la organización Oxfam, Rebecca Sutton, dijo a IPS que la coordinación de los fondos no comenzó bien.
“Las alertas tempranas emitidas a mediados de 2015 no lograron acciones rápidas ni fondos suficientes. Asimismo, varios gobiernos de los países afectados atendieron los pronósticos y se prepararon bien, pero otros se demoraron en anunciar los desastres, lo que dificultó la movilización de fondos para las situaciones de emergencias que se produjeron en sus países”, explicó.
Sutton también se mostró preocupada por la falta de atención de los medios de comunicación en las naciones que no se vieron afectadas por El Niño, porque entonces no se prioriza la asistencia a las víctimas de los desastres en la agenda política, entre ellas los países europeos.
“Comenzar lentamente a atender los desastres climáticos es una cuestión de voluntad política y no podemos seguir haciendo poco demasiado tarde”, se lamentó Sutton.