Vicente Albornoz Guarderas
Abundantes reservas
Las reservas internacionales del Banco Central cerraron el mes pasado en casi siete mil millones de dólares. Un montón de plata.
De ese enorme monto (que para ser exactos es de $6.970 millones al 30 de junio), mucha gente ha concluido que "ahí hay plata", lo cual es verdad. Pero de eso se ha derivado la errónea idea de que "esa plata se la debería gastar el gobierno" o, lo que es peor, que esa plata la debería gastar "el próximo gobierno".
El error en ese razonamiento es que la abrumadora mayoría de esa plata está para respaldar los depósitos que los ecuatorianos tenemos en los bancos. El mecanismo es el siguiente: si usted deposita $100 en un banco o en una cooperativa, la norma les obliga a ellos a colocar $5 en el Banco Central, en lo que se conoce como el "encaje bancario".
Lo que bancos y cooperativas colocan en el Central es un primer seguro para respaldar a todo el sistema financiero y por eso la ley le obliga al Banco Central a tener un respaldo del 100% de ese encaje que estaba al cierre de junio en $5.600 millones.
El problema, el gran problema, es que el Banco Central no sólo que tiene el encaje, sino que también tiene los depósitos del sector público que estaban en $6.100 millones. Eso significa que entre el sector financiero y el sector público, había $11.700 millones de obligaciones del Banco Central con el resto del país.
Repitamos los datos: al cierre de junio, el BCE les debía $5.600 millones al sector financiero y $6.100 al sector público, dando un total de $11.700 millones, pero sólo tenía $6.970 para respaldarlo. En otras palabras, al BCE le faltan unos $4.700 millones.
Pero que no cunda el pánico: el Central no está quebrado, porque tiene otros activos que le permiten cubrir sus deudas, pero ninguno de esos otros activos es líquido y no sirve para emergencias. Por ejemplo, si hubiera una corrida bancaria y no tuviéramos un respaldo líquido del encaje, no habría cómo pagar a los depositantes.
Es más, si no hubiera un respaldo líquido del encaje, la gente estaría más nerviosa sobre la solidez del sistema, de manera que tener todo el encaje bancario bien respaldado es una especie de seguro que da tranquilidad a los depositantes.
Pero más allá de los encajes y de las reservas, lo que debería ser evidente es que el tamaño de las reservas no debería confundirnos. Pueden ser cercanas a los $7.000, pero igual faltan $4.700 millones. No hay plata para que este o el próximo gobierno "se la gasten".
Las reservas internacionales del Banco Central cerraron el mes pasado en casi siete mil millones de dólares. Un montón de plata.
De ese enorme monto (que para ser exactos es de $6.970 millones al 30 de junio), mucha gente ha concluido que "ahí hay plata", lo cual es verdad. Pero de eso se ha derivado la errónea idea de que "esa plata se la debería gastar el gobierno" o, lo que es peor, que esa plata la debería gastar "el próximo gobierno".
El error en ese razonamiento es que la abrumadora mayoría de esa plata está para respaldar los depósitos que los ecuatorianos tenemos en los bancos. El mecanismo es el siguiente: si usted deposita $100 en un banco o en una cooperativa, la norma les obliga a ellos a colocar $5 en el Banco Central, en lo que se conoce como el "encaje bancario".
Lo que bancos y cooperativas colocan en el Central es un primer seguro para respaldar a todo el sistema financiero y por eso la ley le obliga al Banco Central a tener un respaldo del 100% de ese encaje que estaba al cierre de junio en $5.600 millones.
El problema, el gran problema, es que el Banco Central no sólo que tiene el encaje, sino que también tiene los depósitos del sector público que estaban en $6.100 millones. Eso significa que entre el sector financiero y el sector público, había $11.700 millones de obligaciones del Banco Central con el resto del país.
Repitamos los datos: al cierre de junio, el BCE les debía $5.600 millones al sector financiero y $6.100 al sector público, dando un total de $11.700 millones, pero sólo tenía $6.970 para respaldarlo. En otras palabras, al BCE le faltan unos $4.700 millones.
Pero que no cunda el pánico: el Central no está quebrado, porque tiene otros activos que le permiten cubrir sus deudas, pero ninguno de esos otros activos es líquido y no sirve para emergencias. Por ejemplo, si hubiera una corrida bancaria y no tuviéramos un respaldo líquido del encaje, no habría cómo pagar a los depositantes.
Es más, si no hubiera un respaldo líquido del encaje, la gente estaría más nerviosa sobre la solidez del sistema, de manera que tener todo el encaje bancario bien respaldado es una especie de seguro que da tranquilidad a los depositantes.
Pero más allá de los encajes y de las reservas, lo que debería ser evidente es que el tamaño de las reservas no debería confundirnos. Pueden ser cercanas a los $7.000, pero igual faltan $4.700 millones. No hay plata para que este o el próximo gobierno "se la gasten".