A 22 grados centígrados, Juan Carlos Bustamante no se quita la bufanda de Independiente del Valle. Llegó a Medellín desde Loja en bus, motivado por la final de la Copa Libertadores.
Se considera un trotamundos. Solo por el fútbol ha conocido Chile, Argentina, Colombia, Estados Unidos…
Es sincero, no es hincha de Independiente y de ningún otro equipo. Como esta vez, en la final de la Libertadores, también estuvo en la final de la Sudamericana con Liga de Quito, en Santiago.
“En mi casa mi mamá se opone a mi pasión por el fútbol. Siempre que viajo me dice que los jugadores no me van a dar de comer”, dice Bustamante.
En su celular guarda fotos con una réplica de la Copa, en los exteriores del Atahualpa, de la final anterior.