El Gran Premio de Malasia demostró que las relaciones entre pilotos de un mismo equipo son más difíciles que las propias carreras de la Fórmula Uno.
En el circuito de Sepang, los pilotos de Red Bull protagonizaron una polémica que se quedará entre las grandes del mundo ‘tuerca’. El alemán Sebastian Vettel, de Red Bull, logró su vigésimo séptima victoria, luego de que no acató las órdenes de su equipo de no adelantar a Mark Webber.
En el circo de la Fórmula Uno cada punto es vital, o eso debió pensar Vettel, triple campeón mundial. Esto porque rebasó a Webber en los últimos giros, lo cual podría haber terminado mal para la escudería austríaca.
El germano no acató la orden del director de Red Bull, Christian Horner, de mantener la posición para asegurar los puntos. El prodigio alemán se jugó un adelantamiento evitable para sumar una nueva victoria y colocarse como líder del Mundial. Así, relegó al finlandés Kimi Raikkonen (Lotus), vencedor en Australia y séptimo en la carrera de ayer.
Esta acción enfureció a su compañero de equipo, el veterano australiano Webber, curtido en mil batallas. Él ve, temporada tras temporada, el claro favoritismo de su escudería por el piloto de Heppenheim.
“Tras la última parada en boxes, el equipo me dijo que la carrera había terminado, que nos mantuviéramos en esas posiciones y arriesgáramos lo menos posible. Vettel tomó sus decisiones y no hizo caso a las órdenes. Pero no pasará nada porque está protegido”, reclamó enfadado el australiano tras la competencia.
En el adelantamiento, en una de las imágenes, se ve que Webber le sacó el dedo a su compañero, quien lo rebasó para obtener la ansiada victoria.
Luego de la carrera, el triple campeón mundial se disculpó. “Me he equivocado. Me gustaría tener una buena excusa sobre mi comportamiento, pero no la tengo. Entiendo el enfado de Mark y del equipo. Debo una explicación a toda la escudería e intentaré hacerlo luego”.
Para el corredor de 25 años hay una dura pelea con su compañero. “Mark y yo estamos acostumbrados a pelear y a juntar los bólidos, pero estando los neumáticos como están y desconociendo cuánto durarán, fue demasiado arriesgado desoír las instrucciones”, añadió.
Pese al enfrentamiento entre ambos, Red Bull volvió a demostrar su superioridad en el circuito. Los únicos que pudieron hacerle frente fueron los Mercedes del inglés Lewis Hamilton y del alemán Nico Rosberg, enfrascados también en una pelea por subir al tercer puesto de la carrera.
A diferencia de Vettel, Rosberg acató las órdenes de su equipo. Pese a rodar más rápido que el nuevo fichaje de la escudería alemana, no le permitieron adelantar al británico. Esto por miedo a perder unos valiosos puntos para el mundial de constructores.
Entre tanto, el Gran Premio fue dramático para el español Fernando Alonso (Ferrari), doble campeón del mundo y gran conocedor del circuito malayo.
Él ha logrado la victoria en tres ocasiones con tres escuderías diferentes en esta pista (con Renault en 2005, McLaren en 2007 y Ferrari el pasado año).
Sin embargo, ayer abandonó la carrera en la segunda vuelta. Un ligero toque con Vettel en la primera vuelta dañó su alerón delantero y le condenó al retiro.
Pese a intentar continuar, el alerón salió por los aires en la recta de meta, lo que le obligó a abandonar la carrera en el segundo giro.
Así, los dos Red Bull subieron al podio con el 1-2. Lewis Hamilton (en Mercedes) terminó tercero.